El pasado 24 de abril celebramos la conversión de San Agustín, por este motivo me gustaría compartirles, la importancia que tiene para mí la conversión.

Yo no conocía a San Agustín, hasta que conocí a las hermanas Misioneras Agustinas Recoletas; me dio curiosidad y empecé a investigar su historia.

Después de conocer como era su vida: lejos de Dios, distraído y enamorado de las bellezas de esta vida, el Señor con su gran misericordia lo escogió para que su corazón ardiera de amor por Jesús.

Esto me da mucha esperanza porque al igual que Agustín cometemos pecados, errores, pero el Señor nos ama tanto y es tanta su misericordia, que nos llama para que lo sigamos, y nos enamoremos como Agustín de Jesús, llegando a ser él nuestro centro.

Los invito a que no se nos pase la vida, sin encontrar y amar a Dios,  para que no lleguemos  al final de nuestra existencia y con dolor digamos “Tarde te amé hermosura tan antigua y tan nueva.”

Yessica Victoria, Novicia MAR.