LUNES 18 de Mayo: “Resistir”

Introducción a la celebración orante: En este día contemplamos el don de la vocación en toda la humanidad, unidas a la esperanza de caminar, de seguir adelante, de no permitir que nadie se quede atrás; en síntesis, de resistir, que a nivel mundial vibra como reflejo de una esperanza que nace en lo profundo del ser humano, donde habita Dios pese a todo.

Resistir permaneciendo en el amor representa una de las actitudes del seguimiento vocacional más potentes, solo una actitud del corazón tal, abrigan y abrigarán todo deseo de fidelidad a Dios en el corazón humano.

Meditación vocacional de la Palabra de Dios:

“Dice el Señor: por tanto, mira, voy a seducirla, la llevaré al desierto y le hablaré al corazón” Oseas 2,16

Salmo de renovación de entrega y disponibilidad de la vida (EM)

A veces te pregunto: «¿por qué yo?» y solo me respondes: «porque quiero» es un misterio grande que nos llames así tal como somos a tu encuentro.
Entonces redescubro una verdad, mi vida, nuestra vida es tu tesoro se trata entonces solo de ofrecerte con todo nuestro amor esto que somos.
Que te daré, que te daremos si todo, todo, es tu regalo te ofreceré, te ofreceremos esto que somos, esto que soy eso te doy.
Esto que soy, esto es lo que te doy Esto que somos es lo que te damos Tu no desprecias nuestra vida humilde. Se trata de poner todo en tus manos
Aquí van mis trabajos y mi fe, mis mates, mis bajones y mis sueños, Y todas las personas que me diste,
desde mi corazón te las ofrezco.

Silencio – Participación comunitaria – Canto conveniente

Que te daré, que te daremos Si todo, todo, es tu regalo Te ofreceré, te ofreceremos Esto que somos, esto que soy. Eso te doy.
Vi tanta gente un domingo de sol, Me conmovió el latir de tantas vidas, Y adivine tu abrazo gigantesco, Y sé que sus historias recibías.
Por eso tu altar luce vino y pan, Son signo y homenaje de la vida, Misterio de ofrecerte y recibirnos, Humanidad que Cristo diviniza.
Qué te daré, qué te daremos Si todo, todo, es tu regalo Te ofreceré, te ofreceremos Esto que somos, esto que soy, Eso te doy.

Oremos por todas las hermanas que conformamos la familia Misionera Agustina Recoleta. (EG) Respondemos: Te lo pedimos, Dueño de la mies.
1. Para que seamos agradecidas con Dios nuestro Padre por todo lo que nos regala y así, demos testimonio de su amor y su misericordia para con todos sus hijos.
2. Para que sepamos ponernos en los zapatos de otros y así seamos solidarias con los que no tienen. Todos necesitamos de todos.
3. Para que ahora que nos damos cuenta de que hay muchas cosas no necesarias, sepamos desprendernos de todo lo superfluo y valorar lo esencial: la amistad, la entrega, el amor.
4. Para que valoremos, apreciemos y cuidemos la casa común y enseñemos a otros a amarla, a sentirse pertenecientes a ella.
5. Para que estemos siempre dispuestas a salir, a escuchar a las personas, a aliviar sus necesidades, a sentir con ellos, a disfrutar de sus alegrías y llorar con sus penas como lo haría Jesús.
6. Para que, viviendo con una sola alma y un solo corazón en Dios, demos testimonio de que es posible vivir en unidad, ser solidarios y considerarnos hermanos.

Oración final: “Dios Padre y Madre, te agradecemos la inspiración que has dado a tu siervo Francisco Javier Ochoa de soñar, darse e iniciar nuestra Congregación, a través de su corazón apasionado por el corazón de Jesús, de María y de San Agustín. También te agradecemos, por nuestras primeras hermanas -Esperanza, Carmela, Ángeles- que, oyendo tu llamada a la misión sin fronteras se pusieron en camino, dando respuestas audaces, donando sus vidas al servicio de tu Reino. ¡La luz que atravesó esta historia viene de tu Espíritu! Así, otras tantas mujeres se pusieron en camino entregando su vida, anunciando el Evangelio, con nuestro Carisma, entre ellas, Cleusa, que sufrió el martirio, al cuidar de tus hijos e hijas marginados” (DF). Concédenos tú bendición, dueño amante de la mies, para alcanzar los frutos de esta semana vocacional. Amén.

MARTES 19 de mayo: “Quedarse en casa”

Introducción a la celebración orante: Convocadas en la infinita misericordia del que es Amor y sólo sabe amar, nos disponemos a dejarnos mirar por Dios que llama y sigue llamando al corazón de la humanidad; al Dios que sigue llamando a la puerta de nuestras casas, en el interior.

Como bien seguimos atendiendo, aún en medio del dolor y de las consecuencias globales de la actual pandemia, sin clasificación de culturas o estratos sociales, todos hemos realizado la ruta de vuelta a nuestras casas, hemos decidido “quedarnos en ella”, no  solamente en la estructura física, sino sobre todo, en aquella tierra sagrada en donde Dios y el ser humano se encuentran cara a cara; y ahí redescubrir los susurros de Dios en las noticias, los impulsos nuevos de entrega, las oportunidades no aprovechadas, los ruidos que impiden reconocernos.

Entrar dentro, aguardar en silencio acoger su presencia escuchándole “Dios está más dentro que nosotros mismos” Sólo abramos el corazón y acojámoslo.

Meditación vocacional de la Palabra de Dios:

“Allí me responderá como en su juventud,
como cuando salió de Egipto” Oseas, 2,17

Salmo de Salmo de compromisos nuevos: Aquí estoy (JDC)
Señor, aquí estoy, una vez más, aquí estoy.
Poniendo en tus manos todo lo que soy y todo lo que tengo,
que, por cierto, no es mucho, porque nada tengo
que no haya recibido de ti. Todo te pertenece.
Señor, aquí estoy, ante ti, ante tu presencia
que me hace sentir pequeña y a la vez grande.
Pequeña porque quedan al descubierto mis fragilidades,
mis máscaras…mi humanidad.
Grande, porque tu amor me llena, me fortalece
y me hace decir que todo lo puedo en ti.
Señor, aquí estoy, dispuesta a confiar, aunque no comprenda,
a amar, aunque no sepa muy bien cómo hacerlo,
a caminar, aunque me caiga una y mil veces,
a luchar, así no tenga fuerzas,
a sonreír cuando pareciera que no hay motivos para hacerlo,
a ser profeta, aunque muchos no quieran.
Señor, aquí estoy, dejando que tus manos me moldeen según tu querer,
aquí estoy sintiendo como tu amor me envuelve en un abrazo profundo,
aquí estoy dejando que tu mirada transforme la mía,
aquí estoy intentando escuchar tus latidos hasta que se hagan uno con el mío.
Aquí estoy, Señor, confiándote cada lágrima y sufrimiento de la humanidad.
Aquí estoy, no es mucho lo que puedo hacer,
pero si es mucho lo que tú puedes hacer a través de mí.
Por eso te digo una vez más, aquí estoy Señor,
queriendo ser tu misionera, hecha a tu manera, amando a tu manera, echando las redes a tu manera, consolando a tu manera.
Aquí estoy Señor, intentando vivir a tu manera.

Silencio – Participación comunitaria – Canto conveniente.
Demos gracias por las hermanas que aprenden a servir y arriesgar en la pastoral juvenil y vocacional. (BO) Respondemos: Te damos gracias, Dueño de la mies.

1. Te damos gracias Señor, porque con mayor fuerza nos haces reconocer en los jóvenes de nuestra actualidad, una periferia de misión que espera por nuestra mirada, acogida y acompañamiento evangélico.

2. Te damos gracias Señor por las hermanas que en su misión apostólica conviven más de cerca con los jóvenes y adolescentes, aprendiendo a escucharles con hondura e incondicionalidad, aprendiendo a orientarlos y no ceder a los juicios de primera vista.

3. Te damos gracias Señor por las hermanas que aprenden a dejarse llevar por el Espíritu Santo en el servicio de evangelización en la pastoral juvenil y vocacional.

4. Te agradecemos Señor por cada joven, niño y adolescente que en tu providencia has permitido tuviera contacto con alguna Misionera Agustina Recoleta, y en ello descubrir tu misericordia siempre joven.

5. Te agradecemos Señor porque en medio de la actual pandemia muchos jóvenes han recibido la gracia de tu Espíritu Santo para conectar con la fuerza interior de servicio que les habita y han salido de sí mismos para entregarse a los demás.

Oración final: Señor, tú estás siempre con nosotros y no nos abandonas, permítenos no abandonarte a ti en el momento del sufrimiento, y más bien, saber entenderte y sentirte como Aquel que murió por nosotros para que resucitemos a una vida nueva. Por eso, Padre Santo, acompaña junto a nosotros, a todos los que están sufriendo, especialmente a las familias pobres, y, sobre todo, a las personas que están sufriendo el Coronavirus, para que en medio de esta pandemia fortalezcan su fe y su esperanza.

Señor, fortalece nuestro espíritu, abraza nuestra confianza total en ti, pues si es la hora de partir al Padre, llegaremos a una vida eterna, y si es hora de replantear muchas actitudes y acciones diarias, es el comienzo de un nuevo amanecer.

Gracias Jesús, hoy nos muestras esa perfección y nos das el ejemplo de servicio y amor hacia los demás. Ayúdanos a apelar a la humanidad que hay en nuestro ser para servir a todas las personas, pues si no vivimos nuestra cristiandad en estos momentos de crisis estaremos desconociendo nuestro llamado al amor en Cristo Jesús. Bendícenos Señor y acompáñanos a cada una de nosotras, especialmente a nuestras hermanas mayores y jóvenes de nuestra congregación, para que se sientan y reconozcan, perdonadas y amadas. Amén. (JH)

MIÉRCOLES 20 de Mayo:
“Reconocer lo profundo de la vida y existencia”

Introducción a la celebración orante: Aprender a reconocer a Dios detrás de cada acontecimiento sigue siendo una invitación latente de nuestra M. Esperanza Ayerbe de la Cruz. Junto a la humanidad hemos experimentado y seguimos experimentando que hay una honda diferencia entre lo profundo y lo superfluo, entre lo importante y lo secundario, entre el reconocimiento de Dios en el dolor y entre el dolor vivido sin la mirada de la fe.
Atender la presencia de Dios en todo, impulsa al corazón discipular a elegir-ser-estar e ir con la maleta más vacío de estorbos, de ídolos que poco a poco ciegan las opciones fundamentales, fortaleciendo así la mirada honda para reconocer lo profundo de la vida y la existencia.

Meditación vocacional de la Palabra de Dios:

“Aquél día, dice el Señor, me llamarás Esposo mío,
ya no me llamarás ídolo mío” (Oseas 2,18)

Salmo de continuar entregando la vida con nuevas esperanzas y compromisos: Cruz: Tu respuesta que me encamina hacia el otro (CA)

Oh Dios, el corazón se inquieta
y busca respuestas;
más tú Señor, lo conduces
a lo más profundo de su ser
para encontrarse contigo.
Al encontrarse contigo, Señor,
se llena de esperanza y de fe;
tu amor lo fortalece y lo anima
a ser testigo de tu presencia en el mundo.

Silencio – Participación comunitaria – Canto conveniente

Señor, tú lo invitas a ser llama viva
en la oscuridad que experimentan
sus hermanos, a ser sal que da sentido
a la vida en medio del dolor y la muerte.
Llama viva y testigo de tu amor sin fin
quiero ser Señor.

Oremos por los jóvenes que están llamados a vivir el carisma Agustino Recoleto en nuestra Orden (IM) Respondemos: Te lo pedimos, Dueño de la mies.

1. Señor, que nos das el espíritu de conversión y penitencia, haz, que, siguiendo tu llamada, seamos dóciles a escuchar tu voz y podamos seguirte y anunciarte hasta los confines del mundo.
2. Señor Dios nuestro que nos das en tu Hijo el alimento de vida eterna, concede a tu Iglesia santas vocaciones religiosas y sacerdotales para seguir sembrando la semilla de la esperanza y el amor en los corazones de los más pequeños.
3. Señor Jesús que le enseñaste a santa Marta y a María a escoger la parte mejor, concédenos vocaciones a la vida religiosa contemplativa, que en su oración constante te alaben y te bendigan.

4. Señor, que nos has llamado a servirte, siguiendo la Regla de nuestro padre san Agustín, haz que, por su intercesión, seamos fieles a nuestro carisma y concédenos vocaciones según tu corazón.
5. Señor, tú nos has enviado a anunciarte hasta los confines del mundo, concede a nuestra comunidad abundantes vocaciones dispuestos a llevar tu nombre y tu mensaje.
6. Acoge, Señor, el deseo de los jóvenes que quieren seguirte en el camino de la vida, haz que cada uno realice su propia vocación en libertad y entrega a tu voluntad.

Oración final: Senhor Jesus, autêntico Pastor que cuida das ovelhas e guia o rebanho, olhai para a messe do vosso Reino e tocai nos corações dos jovens para que acolham generosamente o teu chamado a fim de que com seu SIM possam engrandecer a obra da tua Igreja.
Abençoai a Jornada de Oração pelas Vocações na certeza de que a oração é o alimento que fortalece na caminhada para o seguimento fiel à Vossa vontade e para que não venha faltar operários na Tua obra.

Confio sobretudo nesta oração as Religiosas Missionárias Agostinianas Recoletas para que seu testemunho religioso e missionário possa reflorescer neste tempo marcado por dúvidas e incertezas e seja inspiração aos corações inquietos desejosos de seguir-te na fidelidade ao Evangelho e no despojamento de si, abraçando com simplicidade a pobreza, a castidade e a obediência.

Fortalecei Senhor a vocação das Irmãs Missionárias Agostinianas neste tempo de graça em que Vosso Espírito convida para uma maior abertura aos desafios da missão a fim de que sejam fiéis na vivência do seu carisma e abracem a missão com muito mais liberdade e ardor.

Que o testemunho de entrega e doação da Serva de Deus Irmã Cleusa, martirizada em favor da justiça e da paz, às fortaleça no carisma missionário e seja luz a iluminar a noites escuras dos medos e incertezas que muitas vezes impedem de lançar-se às águas mais profundas com a coragem e perseverança necessária para te seguir. Que Maria Santíssima, a Mãe da Consolação e Serva obediente do Bom Pastor ajude com seu exemplo de fidelidade ao Projeto de Deus e interceda por estas orações e súplicas em favor das vocações no mundo inteiro. Por Cristo Nosso Senhor. Amém. (MV)

JUEVES 21 de Mayo: “Tocando fondo”

Introducción a la celebración orante: La buena noticia del Kerigma vocacional representa la experiencia humana de sabernos un ser singular con una historia singular, en la que la bondad de Dios acompaña no solo los primeros pasos en la opción vocacional, sino, sobre todo, acompaña con fidelidad la orientación de nuestros pasos hacia el fin para el que hemos sido creados.
Tocando fondo, cada día, en cada acción, en cada omisión evangélica, en cada mirada, en cada caricia, representa no solo la belleza de decidir no vivir en la superficie sino también el fin del proceso dinámico de conversión continua que en todos los tiempos es vital, pero que de manera especial en estos momentos de pandemia, es el espacio de encuentro con Dios para redescubrir su voluntad en nuestra vida personal y comunitaria, nuestro compromiso vocacional, despertándonos, alentando esperanzas, soplando sobre nuestra vida y congregación misionera el aliento de inconformidad ante una vida para sí misma.

Meditación vocacional de la Palabra de Dios:

“Le apartaré de la boca los nombres de los otros dioses y sus nombres no serán invocados” (Oseas 2,19).

Salmo de confianza en Dios que envía a la misión con renovadas fuerzas (JE)

Danos un corazón, grande para amar
Danos un corazón, fuerte para luchar.
Danos un corazón, grande para amar
Danos un corazón, fuerte para luchar.
Mujeres nuevas, creadoras de la historia
constructoras de nueva humanidad,
mujeres nuevas, que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
Mujeres nuevas, luchando en esperanza
caminantes, sedientas de verdad.

Silencio – Participación comunitaria – Canto conveniente

mujeres nuevas, sin frenos ni cadenas,
mujeres libres que exigen libertad.
Mujeres nuevas, amando sin fronteras
por encima de razas y lugar,
mujeres nuevas, al lado de los pobres
compartiendo con ellos techo y pan.
Danos un corazón, grande para amar
Danos un corazón, fuerte para luchar.
Danos un corazón, grande para amar
Danos un corazón, fuerte para luchar.

Demos gracias por la entrega generosa de los laicos a favor de la Iglesia y del anuncio del Evangelio en el mundo: (BO) Respondemos: Te damos gracias, Dueño de la mies.
1. Gracias buen Jesús, porque cada vez son más nuestros hermanos laicos que se identifican como miembros vitales en la comunidad eclesial, poniendo al servicio sus dones y esperanzas.
2. Gracias buen Jesús, por el ánimo que sostiene a los laicos misioneros en contextos difíciles y amenazantes.

3. Te damos gracias Señor por el testimonio explícito e implícito de nuestros hermanos laicos en la cotidianidad del mundo, pues en su sencillez y compromiso por la vida tu misericordia es anunciada.
4. Te agradecemos Señor por tantos laicos que en medio de esta dificultad de pandemia han puesto en riesgo su vida sirviendo a los más necesitados en comedores u hospitales.
5. Te damos gracias Señor, por todos nuestros hermanos laicos que tienen contacto con alguna Misionera Agustina Recoleta y con ello el don de la fraternidad se fortalece en todo el mundo.
6. Te agradecemos Señor, por los matrimonios y hogares que te han descubierto como el Rey y Señor de sus vidas.

Oración final: Padre, es necesario sabernos constantemente seducidas por ti, por el Amado; necesitamos que nuestro corazón perciba la voz de Dios en estos días de confinamiento, días en que quizás nuestra oración de encuentro contigo nos invita a ser más constantes y a vivir desde la entrega. Henos aquí Señor, danos vivir desde la confianza en ti. Tu voz ha calado en nosotras, aunque a veces que intentamos acallarla. Queremos hacer que tu voz se oiga lo más posible. Que tu mensaje sea conocido, mensaje que da vida, felicidad.

Nos damos cuenta que no vale la pena vivir los años de existencia para uno mismo. Ni siquiera amontonando dinero o estando en la primera plana de los periódicos. Aquí nos tienes Señor para ser portadoras de tu voz. (GQ) Bendice nuestra vida y nuestra entrega Señor. Amén.

 

VIERNES 22 de Mayo:
“Alejándonos de lo superficial, del quehacer sin sentido evangélico, de lo no importante a favor del Reino”

Introducción a la celebración orante: Con alegría y fe nos encomendamos a la intercesión de santa Rita de Casia en la celebración y oración de nuestra semana vocacional. Esta discípula de Jesús, y de Jesús crucificado, dio en todo momento pruebas de una generosidad sin límite, siendo siempre mensajera de paz y reconciliación.

Meditación vocacional de la Palabra de Dios:
“Me casaré contigo para siempre, me casaré contigo en justicia y en derecho, en afecto y en cariño” (Oseas 2,21)

Salmo de confrontación que genera vida y gratitud: No tener miedo, tener fe (MS).

Parece que lo incierto me desborda,
Parece que lo desconocido me descoloca,
Parece que no hay respuestas eficaces,
Parece que mi fragilidad ensancha
mis desconciertos, parece, solo parece, Señor.
Pero tu estás allí, estás para darme vida
en medio de la desolación, en medio
de la tempestad, cuando mi mundo, el mundo
se quiebra y nos hacen pensar que todo
está controlado, pero no hay certeza.
Pero tú estás allí, para darme sosiego,
voces desde dentro que me invitan
a “no tengas miedo”, desde muy dentro porque
fuera es caos, es ansiedad, es consternación,
es lamento, es inseguridad, incertidumbre.
Se abre la rendija de la miseria humana,
que deshumaniza, porque brotan otros intereses,
muchas muertes, mucha hambre, mucha sed…
Pero tú estás allí, constantemente resonando al corazón
¡Ten Fe, tu Misión es dar Vida! Porque eres encuentro,
compañía, cercanía, esperanza que nutre y alimenta, me empujas,
me alientas.
Y tú estás allí para darme seguridad.
Y estás allí para darme una nueva oportunidad
de crecimiento, de ordenar el corazón, hay que disminuir la velocidad,
porque es tiempo de parar, de plantar, es oportunidad de experimentar,
de creatividad, de renovar, de consolidar, de construir.
Es hora de verificar, de retornar a quien pertenece mi vida, mi entrega.

Y ahora eres tú calma infinita, para volver al corazón de mi
vocación, quiero aprender de ti, para ser paz ante el sufrimiento,
quiero ser esperanza ante el dolor, quiero ser bendición, quiero
reconocer que tú estás aquí en medio de esta marea incontrolada
por el ser humano, esperando al igual que yo la luz del camino que
nos llenará de vida para dar VIDA.

Silencio – Participación comunitaria – Canto conveniente

Oremos por la fidelidad vocacional de nuestros hermanos sacerdotes (EN) Respondemos: Te lo pedimos, Dueño de la mies.

1. Señor, te pedimos en estos momentos difíciles que llenes de valor a nuestros hermanos sacerdotes para poder afrontar y acoger los sufrimientos y oportunidades de encontrarte en los demás.
2. Señor, te pedimos para que los sacerdotes puedan salir dispuestos ante las adversidades y servir al prójimo con renovada fidelidad.
3. Señor, te pedimos para que ayudes a tus hijos sacerdotes a descubrir todos los talentos, dones y capacidades que has puesto en ellos y así puedan ser de utilidad a sus semejantes.
4. Señor, te pedimos por nuestros hermanos sacerdotes, para que pese a las dificultades se centren en tu Palabra, que los lleve a superar todos los obstáculos que se presenten.
5. Te pedimos Señor por los sacerdotes que enfrentan momentos de incertidumbre, soledad o enfermedad, que en tu bondad renueven su confianza en ti.

Oración final: Desde el cantar de los cantares elevemos nuestra oración dando gracias a nuestro amado porque nos ayude a despertar de este letargo en que nos ha engullido la pandemia y nos invite a mirar la primavera, a escuchar el ruido de la naturaleza y el canto de los pájaros y las bellas manifestaciones de los fenómenos naturales. Hagamos escuchar nuestra voz pidiendo esa fuerza que se nos agota, convencidas de que El Amado, camina a nuestro lado.

Señor, tú me escrutas y conoces, conoces cuando me siento y me levanto, de lejos penetras mis pensamientos y todas mis sendas te son familiares. Por eso Señor toma mis manos, para ayudar a construir un mundo nuevo, fortalecido con tu presencia, toma mis pies, para caminar junto a ti sin cansancio, mis labios para proclamar a tiempo, y a destiempo tu palabra llena de amor para el mundo; yo seré Señor ese instrumento para acercar al hombre a Ti y así con alegría seguiré llevando tu palabra de amor a toda la humanidad donde quiera que me encuentre. Desde lo profundo te entrego todo mi ser, segura como estoy de la fidelidad de tu Amor. (AT) Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SÁBADO 23 de Mayo:
“Susurro del Señor, renovando nuestra llamada, nuestra respuesta y nuestro envío misionero en el contexto histórico actual y venidero”.

Introducción a la celebración orante: Nuestra mirada se posa en la vida y testimonio vocacional misionero de Madre Esperanza Ayerbe de la Cruz. Cada año lo hacemos al celebrar el día vocacional MAR, arriesgándonos a que nuestra comunión en los santos, nos alcance la gracia de escuchar el susurro del Señor, renovando nuestra llamada, nuestra respuesta y nuestro envío misionero en el contexto histórico actual y venidero, como en su momento lo viviese Madre Esperanza.
El silencio, dolor, sufrimiento, amor apasionado, contemplación, escucha, fe y obras abrazadas en el amor por el otro, abandono, sinceridad, postración de la propia voluntad a la voluntad del Señor, y otras más pinceladas vocacionales orientaron su vida y entrega. Ofrezcamos nuestra alabanza de gratitud y con fe confiada pidamos su intercesión por el fortalecimiento y aquilatamiento de nuestra respuesta vocacional, así como nuestra oración por las vocaciones, a favor del pueblo de Dios que sufre y espera en su bondad infinita.

Meditación vocacional de la Palabra de Dios:
“Me casaré contigo en fidelidad, y conocerás al Señor” (Oseas 2,22)

Salmo de la hondura vocacional: «Alegre-se o Senhor está contigo, não tenha medo»
(FM)
Alegra-te! Não tenha medo, Eu estou contigo,
te escolhi, te chamei, te amei e fiz contigo uma Aliança Perpétua
que jamais quebrarei e toda vez que te afastarei de Mim,
te atrairei com laços de Amor
porque eres preciosa para Mim, tu és minha.
Meu Senhor obrigado por esse tempo de graça em minha vida,
sinto que teu Santo Espírito repousa sobre mim
renovando-me, transformando-me, recriando-me em teu Amor,
por Amor e para aMAR.
Meu Senho, nesse tempo de incertezas e de noite escura
que atravessa a humanidade, me convidas a dá o salto da fé,
entregarte o meu coração sem medo e sem reserva.
Meu Senhor, está escuro lá fora,
e apesar da minha miséria profunda
desejo do fundo da alma que se faça a Tua vontade em mim,
que o meu querer seja o Teu querer.

Meu Senhor que o Teu Amor,
chama ardente que me ilumina jamais se esconda,
jamais se apague porque está escuro lá fora.
Que o teu Amor chama infinita que me inflama o coração
me ajude a caminhar com o irmão guiada sempre por Tua mão,
mesmo que haja escuridão no caminho.

Silencio – Participación comunitaria – Canto conveniente

Demos gracias por la respuesta generosa de nuestras hermanas que viven la formación inicial como MAR (DF). Respondemos: Te damos gracias, Dueño de la mies.

1. Te damos gracias Señor. por nuestras tres comunidades formadoras de la Congregación: postulantado, noviciado y juniorado. Con su presencia, oh Dios, vivimos el carisma donde las jóvenes formandas van concretando su llamado en el proceso formativo.
2. Oh Dios, te agradecemos por cada una de las hermanas formandas que tenemos en nuestras comunidades. Ellas son tus elegidas para conocer, hacer el proceso de formación y vivir nuestro carisma.
3. Gracias Señor por las formadoras. Hermanas que se consagraron a Ti para vivir el carisma MAR y se dedican a acompañar, con Tu gracia, a las jóvenes formandas.
4. Señor, te damos gracias por nuestras comunidades que reciben las jóvenes para el conocimiento de nuestra congregación en el aspirantado. Hermanas que ejerciendo su misión diaria transmiten a las jóvenes la vivencia de nuestro carisma.
5. Te agradecemos, oh Dios, por las comunidades donde viven nuestras Hermanas junioras. Que la experiencia de ese año misionero les animen a ejercer el apostolado y a seguir entregando sus vidas al servicio del Reino.

Oración final: Llama Señor, a muchas jóvenes para el seguimiento de tu Hijo como Misioneras Agustinas Recoletas. Haz que estemos abiertas a tu Gracia para vivir la experiencia de Dios en la vida fraterna y en la misión, en la humildad, la sencillez, el amor y la alegría y así, nuestro testimonio de humanidad, sea eficaz ante las personas, atrayendo nuevas discípulas misioneras, dispuestas a responder a tu llamada y, con nosotras, continuar avivando tu proyecto de evangelización, con nuestro carisma.

Lo pedimos por intercesión de nuestra Madre de la Consolación, Nuestro padre San Agustín, la venerable Madre Esperanza Ayerbe y Hermana Cleusa. Por nuestro Señor Jesucristo, en la unidad del Espíritu Santo. Amén. (DF)

DOMINGO 24 de Mayo: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos” Mt 28,20

Introducción a la celebración orante: Nos presentamos agradecidas por los frutos en la celebración de nuestra semana vocacional. Posiblemente alguna palabra, un texto bíblico, el silencio de Dios animando y fortaleciendo nuestro interior, la certeza del valor de orar confiadamente por las vocaciones, entre otras, han sido puente para encontrarnos con aquel que nos ha invitado a ir “al corazón de nuestra vocación” en el año misionero, y en comunión con la humanidad que sufre las consecuencias de la Pandemia… pues ahí, en lo profundo, en la raíz, donde todo empieza y termina, es ahí donde a pesar de nuestra debilidad la mirada bondadosa de Dios enciende nuestra respuesta a su llamada.

En este domingo celebramos la solemnidad de la ascensión del Señor. Y providencialmente esta experiencia del Señor y de los discípulos, se nos regale como oportunidad para descubrir personal y comunitariamente los modos de cómo concretar el paso de Dios en medio del dolor e impotencia, que, de una u otra forma, como consagradas, nuestra mirada, nuestros silencios, nuestra conciencia, nuestra esperanza, nuestra respuesta vocacional, ya no es la misma.
Qué el Señor nos conceda la gracia de vivirle y ser testigos de él en el mundo y en nuestras comunidades.

Meditación vocacional de la Palabra de Dios:
“Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos” (Mateo 28,17).

Salmo viviendo desde María mi vocación: (LEL)
Señor de la Vida, me llamas a tener vida,
a encontrar tu vida en mi interior.
Me haces experimentarte como fuego abrazador
y me envuelves en tu Amor.
Iluminas mi entendimiento y fortificas mi voluntad
y me impulsas a dar esa vida recibida
desde el Servicio, el Amor y la Paz.
En mis noches oscuras, siento desfallecer,
pero tu Fuego de Amor me impulsa a pensar
en cómo poderlo hacer y dibuja en mi interior la imagen
maternal de su Esposa fiel,
de María mujer radical en su decisión de ser para Él.
Contemplando su rostro y vida
se desvelan siete virtudes
que me ayudarán a dar la vida desde
la convicción, basada en el Amor y la Fe.

Se vislumbra la VIRTUD DEL SILENCIO interior

para encontrar a quien nos llama a la vida,
la cual necesita de la ATENTA ESCUCHA,
para descubrir la voz de quien nos forma
en el amor y la justicia.
ACOGIDA Y COMPRENSIÓN a la voz del Señor.
BÚSQUEDA CONSTANTE, de su gran amor y Voluntad,
plena DISPONIBILIDAD al plan Salvador;
CONFIANZA y Abandono en las manos de quien nos Creó.
VALENTÍA Y ESPERANZA en medio de la humanidad doliente.
María, Madre, enséñanos a amar más a tu Hijo,
viviendo nuestra vida Consagrada a plenitud,
Pídele a tu Esposo, El Espíritu de Amor
que avive en nosotras el llamado al Amor.
Desde tus virtudes que son pasos
para vivir plenamente nuestra vocación.

Silencio – Participación comunitaria – Canto conveniente

Oremos por las vocaciones en la Iglesia y de manera especial en nuestra familia congregacional (NG) Respondemos: Te lo pedimos, Dueño de la mies.
1. Padre, te queremos pedir que ENVÍES TRABAJADORES A TU COSECHA, para que se dediquen a la evangelización; envíanos tu Espíritu para que despierte en nuestra comunidad el entusiasmo misionero, como el de tu Hijo Jesús.
2. Señor Jesús, así como Tú llamaste a los primeros discípulos para hacerles pescadores de hombres, haz que en tu Iglesia sigamos escuchando tu invitación a llevar la Buena Noticia a toda la creación y a sostener dicha evangelización.
3. Te pedimos por los obispos, sacerdotes y los seminarios de nuestras diócesis, por sus formadores y seminaristas.
4. Y de manera muy especial, Señor, HOY te queremos pedir por las religiosas de la FAMILIA CONGREGACIONAL de las MISIONERAS AGUSTINAS RECOLETAS, para que se susciten más vocaciones, y que el Espíritu Santo les conceda el gozo y la fuerza para servir a la Iglesia según el carisma de su fundador.
5. Y a ti, Virgen María, Madre de la Iglesia y madre nuestra, modelo de toda vocación, queremos pedirte que nos ayudes a decir Sí a Tu Hijo, que nos llama a colaborar con Él en el plan divino de la Salvación.

Oración final: Señor, Dios nuestro, haz que el clamor de tu voz llegue a muchos. Que se levanten y vivan unidos a ti. Prepara sus corazones con tu palabra, de modo que se dispongan a evangelizar a los pobres y a cuidar de tu mies abundante.
Señor, que todos los llamados a la vida agustino-recoleta escuchen tu voz y puedan cumplir tu voluntad. Amén (OAR)