Experiencia sobre la Semana Santa

Quiero compartirles mi experiencia en esta Semana Santa y como viví cada momento. De los dos años que llevo en la congragación, es la primera vez que paso la semana santa en la comunidad en donde estoy, en México DF, ya que el año pasado tuve la oportunidad de ir a misión. No hago distinción porque son momentos que se viven de varias maneras y cada uno tiene su riqueza.

En esta cuaresma pude experimentar una vez más el amor que Cristo me tiene y hacerlo vida en quienes me rodean, empezando por el Domingo de Ramos en que toda la comunidad celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, pero también dando inicio a ese recorrido que da paso a un encuentro con el Resucitado. 

Fueron días de reflexionar y darme cuenta de qué cosas debía mejorar y qué medios debía utilizar para que se llevara a cabo. Dentro de esos momentos de discernimiento, las chicas y yo vivimos días de trabajo personal y grupal, en los que me sentí bien en todo el sentido de la palabra. Al empezar el triduo pascual pudimos ver el amor, la humildad de Cristo que se refleja a través del lavatorio de los pies, la institución de la Eucaristía, donde Cristo nos dejo su cuerpo y sangre, que sacian nuestra sed espiritual.

Ya en el viernes celebramos su muerte, pero no una muerte por nuestros pecados, sino por instaurar un Reino de Amor y Justicia entre nosotros, esa fue su mejor prueba de Amor.

En la comunidad llevamos a cabo un vía crucis muy significativo, ya que en cada estación reflexionamos cada etapa de nuestra vida, sanando algunos aspectos.

En la vigilia del sábado, muy contenta, sabía que ese Jesús que murió en la cruz resucitaría. 

Mi alegría más grande fue el domingo donde celebramos la resurrección con otras personas para poder decir: “ALEGRATE, ¡CRISTO VIVE!”.

La semana santa es una etapa que personalmente me gusta y la vivo desde mi interior experimentando lo que Jesús predicó y en la que cargó con mi cruz. De esta forma sigo con más alegría a Jesús.

Me despido con un fuerte abrazo y que Cristo siga resucitando en sus vidas.

“NADIE TIENE AMOR MAS GRANDE QUE EL QUE DA LA VIDA POR SUS AMIGOS”

Santa Isabel Mojica Mejia, Postulante MAR