En nuestro recorrido por estas tierras almerienses no podemos dejar pasar la belleza de la naturaleza que nos rodea, los arrecifes de las Sirenas, el Alcazaba o el inmenso mar que nos rodea.

Como tampoco dejar pasar las diversas actividades que se han realizado durante estos tres meses, el más importante a nivel de Diócesis es la Beatificación de los 115 Mártires de Almería, del cual no solo los almerienses se enorgullecen sino toda la Iglesia y los familias de algunos de ellos que aun viven, del cual nos cuentan las anécdotas que vivieron durante el periodo de Guerra Civil, comprendido entre los años Julio de 1936 a Enero de 1939, en donde numerosas Iglesias fueron saqueados e incendiados como también mucha gente, entre ellos religiosos, sacerdotes y laicos fueron fusilados,  torturados y calumniados a causa de su fe.

Es así como la  mañana del 25 de marzo se convocaba en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Aguadulce a los peregrinos, que en torno a 6.000 acudieron a la Misa de Beatificación. Era la solemnidad de la Anunciación y la misa sería la propia de esta solemnidad, obligada en toda la Iglesia, pero con especial imperativo en Almería, por ser el misterio de la Encarnación titular de la Santa Apostólica Iglesia Catedral. Las puertas de acceso al recinto se abrían a las 8:00 h. y la explanada de aparcamiento comenzaba a recibir autobuses de las comunidades parroquiales de la diócesis, pero muchos también venidos de las parroquias de Granada y Guadix, peregrinos de raza gitana de distintas diócesis españolas que habían llegado la víspera y participado en la Velada de recepción. Todos estos grupos de fieles, encabezados por sus párrocos y vicarios parroquiales se sumaban al gran número de responsables vicarios generales y episcopales, Delegados para las Causas de los Santos confluían en el recito

La Causa de los Mártires de Almería está formada por 115 Mártires: 20 laicos, 18 hombres jóvenes o padres de familia y dos mujeres, una de ellas de etnia gitana, segunda del mundo que va a ser beatificada, además de 95 sacerdotes, de ellos 92 sacerdotes diocesanos, 1 franciscano y 2 Operarios diocesanos, todos ellos naturales de Almería y su diócesis o residentes dentro de los límites actuales de su territorio en el tiempo de la persecución religiosa en la que fueron martirizados.

Damos gracias a Dios por la vida y el ejemplo de estos mártires, cada uno de ellos dieron su vida por defender su fe y no avergonzarse de ello como tampoco de llamarse cristiano, que su ejemplo de vida sea hoy para nosotros testimonio a seguir y nos sintamos orgullosos de no solo de llamarnos Cristianos sino también de ser verdaderos Misioneros en medio de este mundo globalizado e individualista.

Que nuestra Madre la Virgen de la Consolación y nuestro padre San Agustín nos ayuden a ser verdaderos testigos de Cristo.

Comunidad de Almería. 

 

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