De la clausura a la vida activa

“Id amigos por el mundo anunciando el amor […] Sed amigos los testigos de mi Resurrección y llevando mi presencia con vosotros estoy”.

Mi nombre es Nacaris Palomino hace 12 años inicie mi camino vocacional en la vida contemplativa en la cual he sido feliz y estoy agradecida a Dios y a la comunidad que me ha acogido y enseñado el camino a Jesús desde el silencio, la oración y el sacrificio en la vida oculta del monasterio.

Después de varios años surge en mí una llamada a la vida misionera dentro de la llamada a la que ya había respondido y después de un largo discernimiento y de orar he decidido dar el paso y emprender el camino misionero como una vez lo hicieron nuestra venerable Madre Esperanza, Madres Carmela y Ángeles.

El poder ser un instrumento del Señor en medio de los hermanos, ser portadora de la alegría del Evangelio, la cercanía con aquellos que son los predilectos del Señor, en definitiva ser luz y sal en medio del mundo transmitiendo la alegría de ser consagrada en la gran  familia agustino recoleta, me llena de gozo.

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