Como todas sabemos, desde noviembre de 2015, las Misioneras Agustinas Recoletas tenemos una fundación en la Diócesis de Almería, en el sur de España. Son varios los apostolados que se llevan a cabo: presencia de vida consagrada y atención al seminario diocesano, educación y pastoral. Desde esta última actividad, participamos los días 6 y 7 de mayo en el Encuentro Anual que la Delegación de Pastoral Juvenil de la diócesis lleva a cabo con los jóvenes de diversas parroquias, movimientos y colegios. La convivencia tuvo lugar en el colegio que la Compañía de María tiene en la capital. El marco que rodeó el temario de las actividades fue el testimonio de los mártires de la Guerra Civil en Almería, beatificados recientemente y la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Alrededor de 100 jóvenes se dieron cita para orar, reflexionar, convivir y jugar. Chicos y chicas que dejan un espacio a Dios en sus vidas y que buscan el camino vocacional que el Señor les tiene preparado. Las MAR disfrutamos con ellos de esta significativa experiencia, que ya el Papa Francisco continuamente nos recuerda, y ahora de manera especial, de cara al próximo al Sínodo de los Obispos que tratará sobre “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Ya en el documento preparatorio para este acontecimiento se nos interpela: ¿Qué significa para la Iglesia acompañar a los jóvenes a acoger la llamada a la alegría del Evangelio, sobre todo en un tiempo marcado por la incertidumbre, por la precariedad y por la inseguridad? Acompañar a los jóvenes exige salir de los propios esquemas, encontrándolos allí donde están, adecuándose a sus tiempos y a sus ritmos. Salir hacia su mundo requiere la disponibilidad para pasar tiempo con ellos, escuchar sus historias, sus alegrías y esperanzas, sus tristezas y angustias, compartiéndolas: esta es la vía para inculturar el Evangelio y evangelizar toda cultura, también la juvenil.

 

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