Han pasado 50 años desde que Madre Esperanza Ayerbe de la Cruz fue llamada a celebrar la pascua con el Señor. Por eso hoy queremos compartir con ustedes algunas frases que nos dejó como legado en sus escritos, para que a través de ellos podamos meditar y actualizar  la vida del carisma en los tiempos actuales.

FRASES DE MADRE ESPERANZA AYERBE DE LA CRUZ TOMADAS DEL LIBRO DE FR. EUGENIO AYAPE OAR

v Yo quiero estar donde Dios quiere que esté.

v Cada una debe encontrar en la otra todo el cariño que ha sacrificado por Dios.

v Hágase, Señor, tu santa voluntad.

v Con el alma transida de pena hoy me acerco a tu altar resignada.

v El Señor nunca abandona a los suyos.

v Debemos rebosar vida sobrenatural y divina.

v La caridad de Cristo nos urge a que le amemos sin miedo, como nos amonesta nuestro Padre San Agustín.

v Amor, amor grande de unas con otras. cuando hay este amor todo se soporta, todo se disimula, todo se perdona.

v ¡Qué tranquilidad saber que verdaderamente amamos a Dios si amamos al prójimo con todo el corazón!

v Seamos santas hermanas mías, y si amamos a Dios y al prójimo no duden que lo seamos.

v No hay nada que purifique tanto el alma como el amor.

v Donde hay paz hay felicidad, hay alegría, hay virtud.

v Procuremos y cooperemos con todas las fuerzas de nuestras almas, para que nuestras comunidades respectivas sean verdaderos oasis de paz.

v Nuestra amada Congregación a la que hemos de querer como quiere el barquero su barca, la  cual no solo le libra del peligro profundo, sino que con ella se busca su vida temporal.

v El amor y el renunciamiento están unidas tan estrechamente que en la práctica no pueden separarse.

v Busquemos en todo la gloria de Dios, en todo, hasta en el fracaso aparente.

v Vivamos vida de Sagrario, llenémonos de Él para darlo a las almas; todos los días viene a nosotras, sepamos retenerle y sumergirnos en El.

v Amémosle mucho, mucho, hasta el exceso, hasta que se rompa nuestro corazón…y se abra el cielo.

v Siga confiando en Él y solo en Él.

v Si, debemos de seguIr tan de cerca a Jesús, que entre Él y nosotras no haya ninguna distancia.

v La alegría es un deber, un apostolado y una virtud.

v No creáis que la vida de un santo es un idilio poético, no, tiene muchas páginas escritas con sangre, íntimamente dolorosas.

v ¡Hacemos poco esfuerzo? Adelantaremos poco. ¿no hacemos ningún esfuerzo retrocederemos. ¿hacemos el máximo esfuerzo? Marcharemos a la cabeza de las almas santas.

v Haced mi corazón semejante al vuestro.

v El primer apostolado debe hacerse consigo mismo.

v Una religiosa sin oración no puede ser buena religiosa y menos buena misionera.

v Amar, amar, y amar para eso nos ha dado el Señor este corazón tan sensible.

 

{gallery}esp, limit=0,random=1,width=200,height=100,gap_h=20,gap_v=20,displayarticle=1{/gallery}