Estamos iniciando un nuevo año, una nueva oportunidad de vida, de proyectos, de realizaciones; nuestros corazones se llenan de gozo y alegría. Tenemos confianza que todo estará bien, porque la presencia de Dios nos acompaña.

A lo largo de estos primeros días del año hemos escuchado, visto y recibido un sinfín de mensajes que nos llenan de confianza y de valor para afrontar este 2021 con todo lo que somos y tenemos.

En nuestro corazón sabemos que no será fácil, que encontraremos grandes obstáculos y momentos difíciles por vivir, pero todo eso que vamos a descubrir nos hará más fuertes, más humanos, pero sobre todo… más hermanos.

Por eso en este día quiero compartir con ustedes una palabra que nos debe acompañar con gran fuerza y esta es: ESPERANZA; deseo que la podamos experimentar así:

Es tiempo de volver a soñar, nada ni nadie puede arrebatarnos tantos anhelos que tenemos en el corazón, tantos proyectos que nos llenan de vida, los cuales

Siempre nos mantienen despiertos, alegres y confiados en la

Promesa que Dios nos da cuando nos dice “En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo” (Juan 16,33).

Esa es una demostración de amor verdadero que nos dirige nuestro amigo Jesús, quien fue valiente y nos enseña a

Recibir con los brazos abiertos todo lo que está por venirse, todo lo que falta por escribirse en nuestra historia: personal, familiar y comunitaria.

Abracemos desde ya, desde el hoy  la vida y, tengamos presente, que

Nada es imposible para Dios; así que pongámosle la

Zancadilla a la tristeza, al rencor, al miedo, al dolor, teniendo la seguridad que donde hay

Amor todo es posible, el amor todo lo espera, todo lo soporta, simplemente porque fuimos creados para amar.

Diana Gómez

MAR