UN MES DE DICIEMBRE INTENSO.

Este mes de diciembre se presentó repleto de actividades pastorales en la Vicaría. Monseñor José Manuel señaló el día 16 para las Confirmaciones en Atapirire, y se aprovecharía para las Primeras Comuniones. Eso implicaría buscar un sacerdote para que unos días antes viniera a confesar a los niños y adolescentes; cosa sencilla, en las ciudades, pero a estas distancias, con el mal estado de las carreteras y la escasez de gasolina, lo hace bastante complicado. Finalmente, Monseñor decidió que, para no gastar gasolina, él mismo vendría el día 16 temprano y confesaría a los candidatos antes de la Eucaristía. El sábado anterior se hizo una convivencia con los todos los que
iban a recibir los sacramentos y como estaba pautado, el 14 se hizo una hermosa celebración
penitencial, dejando la confesión para dos días después.

El 16 todo resultó muy bien, y participaron muchos familiares de los muchachos que habían esperado durante tiempo este acontecimiento. Ese mismo día, después de la ceremonia, una
organización de El Tigre, vino para repartir, ropa, juguetes y dulces a los niños. Como tienen mucha experiencia en ese tipo de actividades, se organizaron en el galpón y hubo de todo para todos y aún sobraron algunas cosas para llevar a los pueblos.

El 17 iniciamos los Aguinaldos, con Celebración en la iglesia a las cinco de la mañana, y por la tarde visitas, cada día en un sector del pueblo, a las casas que tenían puesto el pesebre, con el objetivo de recuperar la tradición de poner el belén en la familia y celebrar los 800 aniversario en que S. Francisco hizo la primera representación del mismo. Resultó festivo, interesante y concurrido. En cada familia se rezaba un misterio y la gente se iba incorporando a la comitiva. En algunos sectores, los vecinos se unieron e hicieron un pesebre para todos, incluso en la calle.
El día 20 viajamos a Barcelona a recoger a las hermanas Consuelo y Lucelia, que vinieron a acompañarnos en estas fiestas, lo que nos alegró muchísimo y alguna pudo “matar las saudades” de los años vividos aquí. Lucelia fue el 21 con Lupe a Boca del Pao para hacer las celebraciones y… (gajes de la misión compartida) se encontraron con la casa ocupada por un grupo de Joven Misión, acompañados de su asesor, el presidente de las OMP de la Diócesis que se fueron a vivir allí la Navidad. Después de conversar con ellos y quedar en que nos reuniríamos a planificar juntos, regresaron a reforzar las actividades en Atapirire, pues en Múcura ya se había organizado Teresa.
La Iglesia, primorosamente arreglada por la comisión de liturgia, invitaba a la celebración profunda y gozosa del misterio que celebramos. La gente participó, rezando, y cantando villancicos con instrumentos típicos venezolanos.

Y resaltamos que al ser la primera vez, en 35 años, que la comunidad estaba presente para recibir el nuevo año con el pueblo, tuvimos una Hora Santa el 31 por la noche en que los asistentes compartieron con sencillez sus sentimientos, su acción de gracias a Dios por todo lo recibido y sus esperanzas y compromiso para el 2024.

Y hasta Los Reyes se portaron bien y dejaron algo para los niños y para los mayores.
Esperamos que todo sea para el fortalecimiento de la fe del pueblo de Atapirire.

Hna. Marina García.