Son muchas las invitaciones que Dios nos hace cada día, una de ellas es la de formar comunidad. La iglesia es una gran comunidad de hermanos que en Cristo forman una gran familia.

Una de las características de una comunidad es que hay diversidad de personas, pero con un objetivo en común y en cada una de las personas que la forman hay un don especial, un regalo que Dios da a cada uno para poner en servicio de los demás. Otra característica es la convivencia que está marcada generalmente por el amor y la responsabilidad de cada uno.

Yo, Eduarda, como cristiana, como novicia, hago parte de una comunidad y además he participado y participo en parroquias, barrios, comunidades eclesiales. En ellas vivo y experimento la alegría, el cuidado, el cariño y el amor, comparto de mi vida y también escucho y aprendo de otras experiencias y así todos vamos enriqueciéndonos y fortaleciéndonos por la acción de Dios que nos va guiando a cada día.

Eduarda Bento, Novicia MAR