Desde nuestra vivencia con M. Ángeles, recordamos su sencillez, humildad en sus acciones, al acompañarnos en alguna etapa de nuestra formación.

Resaltamos algunos momentos puntuales:

Por los años 1967 o 1968  cuando la maestra de novicias, en Monteagudo, iba a algún curso de misionología a Madrid, M. Ángeles se quedaba con las novicias acompañándolas.

En los recreos nos hablaba mucho de su China querida, de los misioneros con los que había convivido y sufrido: P Mariano Gazpio, Venancio Martínez y otros; contaba sus vivencias, sus correrías y acción misionera en su lejana China.

En la recocina pelando patatas o limpiando borrajas (verdura) hacía el vía crucis por China dedicando cada estación a una intención, pidiendo por la Iglesia de China, por las niñas abandonadas y sus monjas, por los sacerdotes y sus necesidades que ella conocía muy de cerca.

El día de lavar la ropa, pasaba un momento por el lavadero y daba a cada una de sus novicias un caramelo, junto con una dulce sonrisa.

Los jueves, en horas extras, nos mandaba a hacer compañía al santísimo expuesto. Era una mujer de oración, de interioridad y dejó que Jesús fuera el centro de su vida y con sencillez reconocía sus errores. Como le gustaba contemplar a Jesús, se iba ratos a la capilla, mientras cosía o hacía ganchillo y decía que lo importante era estar con Él.

A M. Ángeles, mujer que venció el miedo para entregarse a los demás en especial a las niñas huérfanas de China; le salía y se le veía la misión hasta por los poros. Visitaba enfermos, encarcelados, viendo el rostro de Dios en cada necesitado.

Podemos decir que para hacer el bien no hay límites ni fronteras…Cuando Dios toca a la puerta de nuestro corazón, suscita en él un ardor misionero que nos lleva a dar la vida por el Reino de Dios, así lo hizo M. Ángeles.

Su legado, sigue hoy vigente en nuestra historia congregacional y, nos queda la alegría de que su ser misionero seguirá presente en nuestra vida y nos llevará a ver, que Dios sigue haciendo historia en nuestra vocación, y a vivir la misión y la interioridad.

Comunidad de las Gabias