VISITADORES Y MINISTROS DE LA EUCARISTIA
EL ARTE DE HABLAR CON EL ENFERMO: SABER ESCUCHAR
La Pastoral de la Salud de la diócesis de Granada, convocó a los visitadores y ministros de la Eucaristía a un curso en el que se destaca la presencia y la acción de la Iglesia para llevar la luz y la gracia del Señor resucitado a los que sufren, y a los que cuidan para fomentar una cultura de la vida y la salud. Lo impartió Don Diego A. Molina del 17 de enero al 5 de junio, dos miércoles al mes, durante una hora, en la Casa diocesana de la familia C/ Gracia 48. La afluencia de participantes de las parroquias de la capital y alrededores ha sido muy numerosa, ya que a pesar de ser una sala amplia, ha habido que poner sillas de otras dependencias, y aunque estábamos muy apretados, lo hemos vivido con mucha alegría debido al ponente que supo crear interés, y darle ese toque de humor.
Nos sentimos interpeladas a participar para profundizar y aprender, con la finalidad de realizar lo mejor posible dicha actividad. La vida de la comunidad se va enriqueciendo con la conciencia de ser enviadas a todo lo que se va realizando en la misión. Hemos reflexionado sobre:
Saber responder, la visita al enfermo, acompañar al paciente terminal y a la familia; el ministro de la Eucaristía; el arte de hablar con el enfermo, relación de ayuda, acogida incondicional, empatía, congruencia, tipos de respuesta. Buenas y malas prácticas en la visita al enfermo. El objetivo del visitador y ministro de la Eucaristía es entender y atender el sufrimiento, ayudar a encontrar el sentido y la esperanza. Los que sufren no son los cuerpos, son las personas. Hay un sufrimiento que forma parte de nuestra condición existencial, se puede trascender y acompañar, pero no resolver. Nuestra responsabilidad como visitadores está en sostener, respetar, acompañar, para que el mayor o enfermo pueda elegir el camino que le ayude a humanizar su vida.
Tener una disposición abierta, sin prejuzgar y de ánimo. Tratar a los mayores como individuos únicos y diferentes, no solo como mayores.
Compasión: Ser sensible al sufrimiento, ponerse en el lugar del otro. No lo confundamos con sentir pena del otro que es un mal uso que hacemos con frecuencia de esta palabra. Entre las muchas cosas que hemos reflexionado queremos destacar la importancia de tener actitudes para: La escucha. Escuchamos al otro mientras habla y no nos centramos en lo que vamos a decir después.
No sólo escuchamos lo que la otra persona dice, sino también lo que quiere decir y lo que puede estar experimentando a un nivel más profundo. Esto significa escuchar con un corazón abierto y receptivo. Acogemos, sin juzgar, lo que dice la otra persona, independientemente de lo que pensemos de ella o de lo que haya dicho.
Escuchar activamente es dejarse influir por el otro y aprender de él. La escucha activa es exigente porque requiere humildad, apertura, paciencia e implicación, pero es una forma eficaz de tomar en serio a los demás. Ser capaces de tener una buena conversación con el que sufre con escucha activa y palabras que consuelen.
Visitar a los enfermos, ser ministros de la Eucaristía es pisar terreno sagrado, por tanto al acompañar las necesidades de los demás lo hacemos con fe, esperanza y amor.
El día 5 de mayo celebramos LA PASCUA DEL ENFERMO en la Sagrada Iglesia Catedral con la bendición y envío de todos los Ministros de la Eucaristía y visitadores de enfermos y a los que están haciendo el curso a cargo de nuestro arzobispo D. José María Gil Tamayo.
Rezamos por todos los enfermos de la Diócesis, por sus familiares y personal sanitario de manera especial por todos los sacerdotes, ministros de la comunión y visitadores de enfermos que durante todo el año acompañan a los enfermos, con la bendición y rito de envío.
Ha sido una celebración muy enriquecedora y comprometida.
Comunidad de Las Gabias