Este año sólo pudimos venir las tres hermanas y nos distribuimos para acompañar las veredas; la Hna. Martha se desplazó a la vereda El Palmar, la Hna. Luz Elena al Toro y la Hna. Clarivel, se quedó en la vereda El Convento.
Algunas de las actividades que realizamos diariamente fueron: visitar los hogares, hablarles de la navidad, acompañarlos en la novena y sobre todo escuchar a las personas con las que nos encontramos. Pedimos la bendición del Señor para anunciar que la Palabra se hizo carne y habita entre nosotros.
En este tiempo de pandemia, algunas de las veredas, han estado acompañadas por pastores de iglesias protestantes; ellos evangelizan y hacen su trabajo con constancia. Desde que asumimos la misión estamos haciendo presencia especialmente en algunos tiempos durante el año. Con la pandemia nos fue imposible venir por eso regresamos con ilusión a compartir en este tiempo tan especial de la navidad.
Sentimos la urgente necesidad de seguir animando e impulsando la evangelización en esta iglesia particular en la que el Señor nos envía como familia Agustino Recoleta. Vemos cómo se fortalecen las personas con una oración compartida, el acercarnos de forma sencilla, escucharlos y hablarles con cariño, hace que se vaya tejiendo la fraternidad que al fin es lo que crea la comunidad cristiana y una comunidad que es capaz de compartir desde la diferencia de creencias, pero con amor y apertura se va estableciendo una comunidad unida donde todos trabajamos por el bien común, bendecidos por Dios.
Damos gracias a Dios porque lo encontramos en los niños, jóvenes, adultos, madres y padres de familia, porque en los hogares vemos las semillas de verbo encarnado.
Para gloria de Dios, ponemos todo nuestro esfuerzo y esperamos que el Señor envíe más trabajadores para que muchas veredas puedan ser visitadas y con ellos encendamos el fuego que el Señor nos da.
Desde la misión: Clarivel, Martha y Luz Elena. 18.12.2020
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