+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 7-11

Juan Bautista predicaba, diciendo: «Detrás de mi vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo».

En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección». Palabra del Señor.

¿QUÉ DICE EL TEXTO?

La celebración del Bautismo del Señor concluye hoy con la fiesta de Navidad y nos invita a pensar en nuestro bautismo.

Jesús quiso recibir el bautismo predicado y administrado por Juan el Bautista en el Jordán. Era un bautismo de penitencia: los que se acercaban manifestaban el deseo de ser purificados de los pecados y, con la ayuda de Dios, se comprometían a comenzar una nueva vida . Entendemos así la gran humildad de Jesús, el que no había pecado, poniéndose en fila con los penitentes, mezclado entre ellos para ser bautizado en las aguas del río. ¿Cuánta humildad tiene Jesús! Y al hacerlo, manifestó lo que hemos celebrado en Navidad: la disponibilidad de Jesús para sumergirse en el río de la humanidad, para asumir las deficiencias y debilidades de los hombres, para compartir su deseo de liberación y superación de todo lo que aleja de Dios y hace extraños a los hermanos.

El Evangelio de hoy subraya que Jesús, “apenas salió del agua vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma”. El Espíritu Santo desciende en plenitud sobre Jesús para darle la fortaleza de cumplir su misión en el mundo. El Espíritu es el artífice del bautismo de Jesús, y también de nuestro bautismo. Él nos abre los ojos del corazón a la verdad, a toda la verdad. Empuja nuestra vida por el sendero de la caridad. Él es el don que el Padre ha dado a cada uno de nosotros el día de nuestro bautismo. El, el Espíritu, nos transmite la ternura del perdón divino. Y siempre es él, el Espíritu Santo, quien hace resonar la reveladora palabra del Padre: “Tú eres mi Hijo”. (Papa Francisco 7.1.2018)

SAN AGUSTÍN COMENTA

Mc 1, 7-11:¿Por qué fue bautizado Cristo?

¿Por qué fue enviado Juan a bautizar? Recuerdo haberlo dicho ya a Vuestra Caridad, según mis posibilidades. En efecto, si el bautismo de Juan era necesario para nuestra salvación, también ha debido ser administrado ahora, ya que ni dejan de ser salvados ahora los hombres ni dejan de ser salvados ahora en gran número ni la salvación era entonces una y ahora otra. Si Cristo ha cambiado, ha cambiado también la salvación; si la salvación está en Cristo y Cristo mismo es idéntico, tenemos idéntica salvación. Pero ¿por qué fue enviado Juan a bautizar? Porque era necesario que Cristo fuese bautizado. ¿Por qué era necesario que Cristo fuese bautizado? ¿Por qué era necesario que Cristo naciera? ¿Por qué era necesario que Cristo fuera crucificado? Porque, si había venido a mostrar el camino de la humildad y a hacerse él personalmente el camino mismo de la humildad, en todo había él de cumplir la humildad. Se dignó con este gesto dar autoridad a su bautismo, para que los siervos conociesen con cuánta rapidez debían correr al bautismo del Señor, siendo así que él no se desdeñó de recibir el bautismo del siervo.

Atienda, distinga y conozca esto Vuestra Caridad. El bautismo que Juan recibió fue denominado bautismo de Juan. Él solo recibió tal don. Ningún justo antes de él, ninguno después de él hubo para recibir el bautismo que llevara su nombre. Ciertamente se le encomendó, pues por sí nada podía, ya que, si alguien habla por sí, de suyo dice la mentira. ¿De dónde lo recibió sino del Señor Jesucristo? Recibió poder bautizar de aquel a quien luego bautizó. No os extrañéis, pues Cristo hizo esto con Juan, como en su madre hizo cierta cosa. En efecto, de Cristo está dicho: Todo se hizo mediante él; si todo mediante él, también mediante él fue hecha María, de la que luego nació Cristo. Atienda Vuestra Caridad: como creó a María y fue creado mediante María, así dio el bautismo a Juan y fue bautizado por Juan.

(…) En cambio, el bautismo del Señor es cual el Señor; el bautismo del Señor, pues, es divino porque el Señor es Dios. Comentario al evangelio de san Juan 5, 3-6

¿QUÉ ME DICE A MI EL TEXTO?

– “…yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias”: La humildad de Juan y la humildad de Jesús que se deja bautizar, a qué me invitan en mi vivencia de cristiano/a bautizado/a?

-“él los bautizará con el Espíritu Santo”: Qué significa para mi haber sido bautizado en el Espíritu Santo? ¿Cómo ha sido mi proceso de fe y mi conciencia de haber recibido este mismo Espíritu?

– “una voz desde el cielo dijo”: «Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección»: Esta manifestación que Jesús recibió en su bautismo, a qué le llevó en su camino de fidelidad al Padre?

A la luz de este evangelio: ¿Qué invitaciones recibo para ser fiel a la voluntad del Padre en el día a día de mi caminar como discípula/o misionera/o?

¿QUÉ ME HACE DECIR EL TEXTO A DIOS?

Gracias Señor por el regalo de tu Palabra. En ella descubrimos la revelación del Padre y su proyecto de salvación. En ella te descubrimos a ti como nuestro salvador; descubrimos el poder del Espíritu Santo que recibimos en nuestro bautismo, el don de la humildad para reconocer nuestras debilidades y la gracia del Espíritu para dejarnos seducir por ti, y seguirte por los senderos luminosos de tu vida entregada al servicio de la fraternidad humana, por quien entregaste la vida, para nuestra salvación.

Oración

Dios todopoderoso y eterno,
que proclamaste a Cristo como Hijo tuyo muy amado,
cuando era bautizado en el Jordán,
y el Espíritu Santo descendía sobre él;
concede a tus hijos, renacidos del agua y del Espíritu,
perseverar siempre en el cumplimiento de tu voluntad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…