Como punto de partida quisiera hablar de lo que es el INTER y su misión. Es una entidad cuyo fin es fomentar el estudio para los jóvenes, en su mayoría mujeres, que llevan una formación religiosa en un Instituto o Congregación, de modo que adquieran bases para un mejor servicio en sus diferentes apostolados, además de prepararse para los desafíos de la actualidad y ser  más consientes del estilo de vida que desean. Esta formación tiene como metodología el trabajo personal, además de ofrecer bases para un estudio relacionado con la vida consagrada.

Respecto a mi experiencia en los estudios realizados en este instituto, lo considero verdaderamente gratificante, pues, me ha ayudado en los diferentes aspectos de mi formación espiritual e intelectual.

En el trabajo personal-intelectual las materias que he recibido son: Moral Fundamental, Herramientas Básicas de Estudio, Métodos de Estudio, Salud Integral y Calidad de Vida y Desarrollo de Habilidades del Pensamiento. También he tenido la oportunidad de recibir algunos talleres como el Eneagrama y el taller de Autoestima. Todos ellos me han ayudado para incrementar mis conocimientos pero, sobre todo, estar más consciente de mí ser de persona equipada con un sinfín de potencialidades, sin olvidar que estoy en un continuo proceso de aprendizaje que lleve a la  trascendencia.

A nivel religioso-espiritual he recibido las materias de: Llamado y Respuesta al seguimiento de Jesús, Experiencia de Vida Cristiana, Fundamentos de Vida Cristiana, Espiritualidad Cristiana,  Introducción a la Oración, Pedagogía de la Opción, Pedagogía Pastoral, Antropología Filosófica, Teología Fundamental, Introducción a la Biblia, Pentateuco,  Profetas, Evangelios Sinópticos,  Cristología Bíblica e Introducción a la Liturgia. Estas materias me han hecho mirar las cosas con más profundidad, ver mi realidad y lo que me rodea, las exigencias que tiene este estilo de vida  y el interrogante de si me creo capaz de asumir las implicaciones y las consecuencias que esto conlleva, como quien dice “poner los pies sobre la tierra”.

Algo me queda claro, que esta búsqueda constante siempre implica un proceso de maduración cada vez más complejo pero también, algo que de igual manera me queda claro es que, cualquier persona con el simple hecho de existir es llamado a la  perfección y al servicio de los demás al igual que los jóvenes que estudiamos en esta institución, independientemente de si compartimos el mismo ideal de vida, el mismo proyecto y aspiraciones.

 Para mí es una riqueza compartir nuestras experiencias, las diferentes espiritualidades y personalidades, que hacen que las cosa sean más productivas y gratificantes a nivel espiritual, pues aunque cada institución religiosa tiene su  espiritualidad especifica, nos une un solo fin, que Dios reine entre los hombres para la salvación de todos, de manera que vivamos como una sola familia, como hermanos e hijos de Dios.

GLORIA O. HERNANDEZ, Postulante MAR

 

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