Reunión del arciprestazgo “San Gregorio Magno” en Atapirire.

Monseñor José Manuel Romero Barrios, obispo auxiliar de la diócesis de Barcelona (Estado Anzoátegui-Venezuela), el día 11 de noviembre, convocó y presidió la reunión mensual del arciprestazgo San Gregorio Magno, en la sede de esta Vicaría Parroquial San Agustín, encomendada desde hace 27 años a las hermanas Misioneras Agustinas Recoletas.

Se fijó la hora de la reunión para las 9 am. El primero en llegar fue el P. Francisco Prada, de los Misioneros de la Cruz, de la parroquia Santo Cristo de Pariaguán. Después de las 9 y media, llegó Mons. Romero con los demás sacerdotes y dos seminaristas.

Después de desayunar se pasó a la iglesia en donde se rezó la Hora Intermedia. La Hna. Teresa Castaño, dijo unas palabras de bienvenida e invitó a recitar una oración de San Agustín pidiendo la asistencia del Espíritu Santo.

Ya en el salón de reuniones, el P. Andrés Arcila, arcipreste, leyó la agenda a seguir en la reunión e invitó a comentar el artículo sobre “El Arcipreste y el Arciprestazgo”, enviado con anticipación para estudiarlo.

Mons. Romero expresó el pensamiento y propósito de nuestro obispo, Mons. Jorge Aníbal Quintero, de  dar importancia y revitalizar la figura del arcipreste, más aún, en una diócesis tan extensa y dispersa como la nuestra para una mayor y mejor organización puesto que, el arciprestazgo se considera como signo de comunión para la misión.

Se hizo la lectura del documento, se dieron opiniones y se hicieron comentarios. Seguidamente, se informó sobre otras actividades y del por qué de la ausencia de los sacerdotes que no asistieron. La presencia de los seminaristas, explicó Mons. Romero, es porque están al frente de la parroquia de Mapire y de otros pueblos aledaños, porque no hay suficientes sacerdotes y el que estaba en Mapire fue enviado a Roma a estudiar. Recalcó, por lo tanto, la urgencia de la pastoral vocacional y la oración por esta intención.

Concluida la agenda de trabajo, pasamos al comedor en donde la Hermanas tenían preparado el almuerzo. Todos se sintieron muy bien y agradecieron la acogida que les brindamos. Agradecemos al Señor estas encuentros que fortalecen la cercanía y la acción pastoral.

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