Como el padre me envió así también yo os envió (jn 20,21)

Escuchando la voz del Señor que nos envía a la misión, con corazón disponible es que podremos hacer lo que nos pide, experimentando el gozo en obedecer como Él obedeció al Padre, haciendo todo por amor, que es lo que da sentido a la vida en toda misión.

Se trata pues, de continuar con la misión de Jesús; así como Él caminó entre nosotros haciendo el bien, así nosotros también debemos caminar junto al pueblo, cumpliendo fielmente su mandato y siguiendo su ejemplo, caminar juntos hacia una misma meta: La vida eterna.

Novicia MAR Juana Rosario Toc Rosales