Quiero compartirles mi experiencia de retiro el cual tuvimos con el tema sobre el Sagrado Corazón de Jesús, en el cual el Señor me dejo muchas inquietudes; la primera fue cuando tuvimos la Lectio Divina con la reflexión del Padre Fidel Oñoro;  me quedó resonando: ¿a quien predico yo, a Jesús o a mí misma? ¿Cómo me dejo llenar de ese amor tan grande para darlo a conocer a los demás? Esto me llevo a evaluarme y a ver qué tan cerca estoy de ese corazón.

En otro momento tuvimos la charla con el Padre Ángel Espinoza de los Monteros el cual nos invitaba a preguntarnos: ¿para mi quien es Jesús? ¿Cómo lo dibujaría y no a él físicamente sino a su corazón, a mi relación cercana con él, lo que he orado o vivido con él? Esto me dejo muy inquieta porque me llevo a reflexionar sobre mi relación con Jesús, si tengo un amor real, personal, apasionado por él.

Después tuvimos la hora Santa la cual fue muy rica en cuanto a que todas mis inquietudes, mis deseos, anhelos los ponía en manos de Jesús Sacramentado, para que él me diera la gracia de amarlo como el me ama, de entregarme y de hacer mi corazón como el suyo.

Finalizando también tuvimos un material de algunas cartas de Monseñor Ochoa, refiriéndose al Sagrado Corazón de Jesús, y me impactó este hombre el cual nos dice a todas sus hijas que en todos los momentos de nuestra vida vayamos a Él, algunas veces será mirando al Sagrario y otras mirando el Crucifijo, pero que no dejemos de verlo, que todo lo vivamos con él y para Gloria de él.

De este día me queda el gran deseo de amar y entregarme por ese Corazón tan lleno de amor, de misericordia, sabiendo que toda la felicidad y plenitud la encuentro en él, si soy capaz de dejarme por completo a mí misma.

Yessica Victoria, Novicia MAR.