Nuestras hermanas de la comunidad de China nos hacen llegar un saludo cariñoso. Las vemos participar en esta ordenación de un sacerdote diocesano todas juntas.

Algunas estudian fuera de la misión, otras desempeñan actividades parroquiales, otras están en la casa de misión viviendo el espíritu del carisma y ayudándose entre sí a superar las dificultades que se van presentando en el camino. Vaya para ellas nuestra oración, nuestro recuerdo y cariño y sobre todo, hacerles saber que las acompañamos en el día a día, sabiendo que el Señor las sostiene en la fe. Pedimos por aquellas mamás de nuestras hermanas que están enfermas, por la Sra. Teresa que falleció en días pasados, por aquellas hermanas que se están preparando para votos perpetuos. Sobre todo, agradecemos a Dios este inmenso regalo de su presencia en nuestra congregación. Solo a Dios honor y gloria.