Solo en Dios encuentro descanso, de él viene mi salvación: solo él mi roca, mi salvación, mi baluarte; no vacilaré. (Sal. 62, 2-3)

En la vida cotidiana podemos realizar varias actividades, hay muchos proyectos, pensamientos, ideas, reflexiones, dudas, etc. Pero al final del día, al final de toda actividad hay una pregunta que suena en lo profundo del corazón; ¿Por qué hice eso?

Muchas veces pasamos el día distraídos, sumergidos en lo que realizamos, pero sin vivir de verdad cada momento que Dios nos concede, sin darnos cuenta de los dones que hemos recibido de Dios, que por los mismos es que podemos realizar tantas actividades. Nosotros debemos vivir el Kairós, el tiempo de Dios, no dejar pasar cada instante sin encontrar el verdadero sentido del por qué hacemos las cosas, sin encontrarnos con Dios que está presente en todo lo que realizamos.

Si vivimos ese tiempo descubriremos esa presencia misteriosa de Dios que en medio de tantas actividades él nos da descanso (tareas, trabajos, etc.), y nos ayuda a ver que todo tiene sentido estando en constante encuentro con él, y si hay sentido hay consciencia de cada paso a dar y hay seguridad de hacer la voluntad del Padre que solo Él es quien sostiene nuestra vida en el día a día.

 Juana Rosario Toc Rosales, Novicia MAR