“Llamados a ser felices”

Dentro del marco de la celebración del año de la vida consagrada, se realizó una jornada vocacional en Venezuela, en la zona Boconó-Estado Trujillo. Diferentes congregaciones religiosas fueron invitadas a participar de esta misión vocacional del lunes 27 de Octubre hasta el domingo 02 de Noviembre. La misma consistió en visitar todas las comunidades, liceos y parroquias, llevando el mensaje vocacional e invitando a todos los jóvenes a un campamento que se realizó del 31 de Octubre al 02 de Noviembre, con el cual se cerró la jornada.

Fue una experiencia hermosa y desafiante, donde pudimos enriquecernos a través de los diferentes carismas, de la cultura del pueblo y de la vitalidad de la juventud venezolana, donde vivimos la aventura de evangelizar y ser evangelizados.

Compartimos la oración, la vida cotidiana con las familias que nos hospedaron y la fuerza del Espíritu que nos iba impulsando en la misión de dar testimonio de nuestra vocación. Después de varios días de visitas a los colegios, parroquias, actividades con los jóvenes de las comunidades, nos lanzamos juntos en un hermoso acontecimiento: “el campamento vocacional” que tuvo como lema: “llamados a ser felices”.

En estos tres días se buscó vivir un encuentro con Dios, con uno mismo y con los hermanos, donde los jóvenes pudieran descubrirse como don de Dios, reconocer su vida como un “camino-proceso” y acoger la buena noticia: Jesús como Camino para ser felices, donde Él llama a lanzarnos en esa hermosa aventura de ser testigos de su amor y dejarnos amar por Él.

Se vivió con los jóvenes momentos muy fuertes de profunda conversión, charlas, dinámicas y espacios de trabajo personal, donde la alegría nos acompañó en todo momento, entre juegos y cantos.

Todos fuimos testigos de cómo Jesús fue el protagonista en la vida de los adolescentes y en las nuestras, ya que Él nos iba guiando e iluminando.

Damos gracias a Dios por esta gran CON-VOCACIÓN en la que se embarcó la vida religiosa, sacerdotal y laical, trabajando juntos en la construcción del Reino. Damos gracias también a todas las congregaciones que se animaron en esta nueva experiencia desafiante, apasionante y sobre todo, agradecemos a todas las familias que nos acogieron, que nos brindaron su cariño y atención con gestos fraternos.

Reconocemos que este nuevo proyecto es un signo de la novedad que va impulsando el Espíritu Santo en la Iglesia, que clama como dice el Papa Francisco, que salgamos al encuentro de nuestros hermanos, con alegría, rompiendo y saltando barreras, miedos, comodidades y confiando que Jesús nos guía en cada paso.

Que este caminar juntos, apasionados por Cristo y por su Reino, siga suscitando nuevas vocaciones misioneras, religiosas, sacerdotales y laicales comprometidas con el anuncio de la Buena Noticia.

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