«Debes vaciarte de aquello con lo que éstas lleno, para que puedas ser llenado de aquello de lo que estás vacío”

San Agustín

San Agustín fue un joven inquieto, hasta encontrar la verdad que anhelaba su alma. En Jn 14, 6, encontramos: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí”.   Las vivencias de San Agustín le llevaron a encontrarse con Jesús. A partir de entonces descubrió que el ser humano debe vaciarse de los pecados, para abrirse a la gracia de la Fe, la Esperanza y la Caridad, llenarse de lo que realmente llena el alma.

Es una invitación actual y necesaria para una vida en Dios y con Dios; no es una tarea fácil; a San Agustín tampoco le fue fácil, pero contamos con la ayuda de la Santísima Trinidad.

Después de haber celebrado la Solemnidad de Pentecostés, Jesús nos recuerda que no estamos solos, que a través de los dones del Espíritu Santo: Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Piedad, Temor de Dios y ciencia es posible caminar y seguir preparándonos para alcanzar la perfección del amor a Dios, y junto a San Agustín decir: Espíritu Santo, “Perfecciona la obra que Jesús comenzó en mí”.

Edna Saquic

Aspirante MAR