Con motivo de la clausura de la Asamblea Diocesana, más de 500 agentes de pastoral de la diócesis de Salamanca, el pasado sábado 8 de octubre realizamos la peregrinación al Santuario de la Virgen de la Peña de Francia, a unos 80 km de la ciudad.
Al comenzar la peregrinación rezamos juntos la oración del peregrino, preparándonos así para ese camino interior de conversión personal, comunitaria y pastoral para llegar, al final del camino, al encuentro con Dios en la oración y en la celebración festiva de los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía. “La peregrinación, entonces, sea estímulo para la conversión: atravesando la Puerta Santa nos dejaremos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometemos a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros” (MisericordieVultus)
Indícame tus caminos, Señor; enséñame tus sendas.
Que en mi vida se abran caminos de paz y bien,
caminos de justicia y libertad.
Que en mi vida se abran sendas de esperanza, sendas de misericordia y compasión. Ponme en camino, Señor.
Muéstrame tus caminos, Señor; tú eres el Camino.
Hazme andar por el sendero de la verdad,
tú eres la verdad del hombre.
Despierta en mí el manantial de mi vida, tú que eres la Vida de cuanto existe.
Dame, Señor, la fuerza de tu Espíritu;
úngeme con el óleo perfumado del amor;
hazme sentir la alegría de ser comunidad.
Señor Jesús, ponme en camino,
ayúdame a construir tu Reino,
ayúdame a vivir en fraternidad.
Ayúdame, Señor, y dame tu Espíritu. Amén.
A 1.783 metros de altura, en una de las zonas más hermosas de la provincia de Salamanca, se encuentra el Santuario de la Virgen de la Peña desde donde se contempla un paisaje indescriptible. Allí, en el atrio de la Iglesia nos esperaban los frailes dominicos para acogernos con la fuerza de la Palabra de Dios y para ayudarnos a preparar nuestros corazones para atravesar como comunidad la Puerta Santa de la Misericordia. Así, cantando la antífona del salmo 122: “Que alegría cuando me dijeron: ¡Vamos a la casa del Señor!”, fuimos entrando por la Puerta Santa a la casa de nuestra Madre, la Virgen de la Peña. ¡Cuántos sacerdotes dispuestos para celebrar el sacramento de la reconciliación! ¡Cuánta emoción sentir el abrazo maternal de nuestra madre que nos presenta con tanto cariño a su Hijo, nuestro Salvador! ¡Imposible contener las lágrimas al experimentar una vez más la fuerza de su Misericordia infinita!
A las 12.30 celebramos juntos, en la explanada del Santuario, la Eucaristía presidida por nuestro obispo, Don Carlos, y allí fueron presentadas al Señor las conclusiones de la Asamblea Diocesana, pidiéndole la gracia de hacer realidad el sueño de una Iglesia más misionera para que el mensaje del Evangelio pueda llegar a todos los hombres.
¡Gracias, Señor, por habernos llevado hasta tu casa, por acompañarnos en el camino, por ser para nosotros El Camino, La Verdad y La Vida! ¡Gracias por tanta ternura que nos regalas a través de la mirada tierna de María, nuestra Madre! ¡Gracias por tu abrazo Misericordioso! Que también nosotros podamos tener entrañas de misericordia como las tuyas. Amén.
COMUNIDAD MAR DE SALAMANCA
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