Monseñor Francisco Javier Ochoa, nuestro Fundador, en una carta dirigida a sus hijas Misioneras Agustinas Recoletas, dice:

“Nosotros somos misioneros de la FE. Vosotras sois misioneras de la CARIDAD. Y todos juntos seremos APÓSTOLES DE LA ESPERANZA”.

Estamos celebrando el mes misionero, enmarcado en el año misionero de la congregación. Mes para intensificar la oración y como nos dicen nuestras constituciones, ordenar nuestra vida con todas sus actividades y posibilidades a la misión que Cristo y su Iglesia nos encomiendan.

También, nos recuerdan las constituciones que el primer campo de misión es la propia comunidad.

Al ser una comunidad formada por hermanas mayores queremos cultivar con esmero los valores que nos ayuden a crecer como comunidad más orante, más fraterna, para que, de ese modo, podamos extender la caridad al mundo entero, como nos recuerda san Agustín: “Extiende la Caridad por todo el orbe, si quieres amar a Cristo; porque los miembros de Cristo están por todo el orbe”.

La oración es el motor que mantiene vivo nuestro espíritu misionero. En estos momentos, más que nunca, la pandemia nos tiene en tensión constante y donde podemos poner nuestra fe y esperanza es en el Señor.

Ese espíritu fraterno pretendemos y deseamos que no se apague entre nosotras. Para ello, oramos juntas. En este tiempo hemos intensificado la adoración al Santísimo para orar por el sufrimiento del mundo entero.

Como nos dice la oración del Domund: “Nos da miedo lo desconocido, nos vemos insignificantes y débiles, pero nos fiamos del Señor que nos ama y ha querido contar con nosotras para llegar al corazón de otros”.

“Aquí estamos, envíanos”

Hermanas de la comunidad de Triana, Madrid