La caridad es una de nuestras virtudes características. Existe desde siempre porque tiene que ver con la esencia de Dios. Dios es amor y la manera de mostrar el amor, es la caridad. La caridad es la expresión del amor. Recuerda, Dios te creó por amor y puso ese amor en tu corazón para que lo expresaras, lo mostraras. O sea que en tu interior, anida Dios, porque al poner el amor en tu corazón siendo esa la esencia de Dios, Dios mismo está ahí.

Luego Dios te llamó a ser MAR para que fueras más consciente de ese amor y te dio este mensaje: “El amor que te doy es para que amándome a mi, que te he amado y te amo, ames a tu prójimo y lo ayudes en su salvación”.

Por eso nuestras constituciones dicen: “Amamos ante todo a Dios, que nos amó primero y nos enciende y urge en el amor al prójimo…”

Eso es lo que quiere el Padre.

La caridad es unidad y concordia. Es tener un solo corazón. La caridad construye comunidad. El saberte y sentirte amada por Dios te lleva a amar a los demás y te permite ver al otro como hermano, ver su necesidad y ser capaz de compartir con él porque Dios está en cada uno. Dios es la fuente de la fraternidad que se hace compromiso y te lleva a un compartir generoso con los demás. Caridad es brindar a tu hermano la oportunidad de crecer. Y te trae un gran beneficio porque solo en la caridad alcanzamos la plenitud de lo humano

La caridad es libertad y alegría porque nos libra del egoísmo y llena la vida de sentido.

Pero a veces las personas olvidamos esa realidad que hay en nuestro interior. Por eso, ese amor que está en el interior, hay que cuidarlo, por eso debemos recurrir cada día a la fuente que es Dios mismo, a través de la oración y a través de su hijo Jesús quien nos enseña el camino.

 

Elsa Gómez Galindo, mar.