La Alegría en mi segunda experiencia en la vereda del Convento

Doy gracias a Dios por esta segunda experiencia. Es para mí un privilegio compartir este caminar con Jesús llevando la Buena Nueva y más aún con mucho entusiasmo y alegría en este mes de las misiones.

La misión para mí, en esta experiencia maravillosa que Jesús permite en mi vida, en el camino misionero, es la invitación que Dios me hace, a través de la hermana Elsa Gómez, a seguirlo con mucha seguridad, confianza y responsabilidad como hija suya, experimentando la verdad de nuestra fe, y recibiendo en cada misión un aprendizaje con Cristo, siendo la verdadera comunión con mi Padre del cielo y recibiendo cada amanecer la fuerza del Espíritu Santo, liberándonos del egoísmo, fundamentados en el amor y la cercanía con cada familia que visitamos con la hermana Clarivel Cardona.

La misión es una espiritualidad, y lo asemejo a la vida de Moisés en un continuo peregrinar; dando pasos en compañía de Jesús. En cada paso y cercanía con mi hermano desde que salimos a la misión hacia la vereda El Convento, veo a Jesús en el reflejo de cada rostro que observo. Unos dándonos la bienvenida y otros con timidez recibiendo el mensaje con disponibilidad y respeto, otros un poco menos receptivos quizás abatidos por los problemas y dificultades de la vida.

Por eso, el fundamento de la misión es llevar la buena nueva, con un corazón lleno de alegría y amor en Cristo, transformando cada amanecer en  nuestras vidas, para así ser testimonio de su evangelio.

El caminar con Jesús y María, es enriquecedor porque, de cada experiencia se aprende; aquí mi amigo Jesús nos exige tener entrega, dedicación, paciencia, aceptación, saber escuchar y amor para saber llegar a las familias que día a día se visitan. Como buenos misioneros guerreros de la fe  y militantes de Cristo, estar preparados para la batalla, entregando en oración todas las actividades.

En nuestras fatigas y cansancios, despojarnos de la comodidad y acercarnos a nuestro hermano es un reto; pero cuando se realiza con gusto y agrado no se ve cansancio alguno ni mucho menos desánimo pues contamos con el Espíritu Santo.

Me sentí feliz por el efusivo saludo de la gente al verme de nuevo; ese  escuchar las “gracias por venir nuevamente a visitarnos”, es la emoción que me cautiva para continuar en mi peregrinar para perseverar y permanecer en esta linda Misión. Jesús me anima a través de cada hermano que  acepta la invitación, con esas dulces palabras alentadoras y motivantes para continuar en mi peregrinar. La cara de alegría de los niños y la espera para llegar al sitio de encuentro del domingo es algo que jamás se olvida, siendo la motivación para continuar ofreciendo la catequesis y actividades con mucho amor.

Gracias Padre por tu acompañamiento en esta misión, espero volver a recibir muchas invitaciones de mis hermanas misioneras; con agrado y disponibilidad, estaré atenta para continuar en mi camino porque de verdad me encanta ser misionera.

Gracias hermanas Elsa y Clarivel, por su invitación y aceptación al grupo Misionero, por sus enseñanzas enriquecedoras en mi proceso como misionera, su orientación y experiencia con mucha sabiduría en el caminar con Jesús y María.

A mi compañera de misión Hermana Clarivel Cardona, gracias por su apoyo incondicional y compartir. Por enseñarme que en la vida todo tiene su momento y que debemos observar con detenimiento nuestro entorno, viendo las maravillas de nuestro creador…

Con aprecio  y  gratitud.

Luisa  Fernanda  Cely 

 

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