Queridos amigos, quiero compartirles la respuesta a esta pregunta que me han planteado hace unos días:

¿Qué significa para ti ser misionera? Nace de mi corazón responderla desde mi experiencia durante el tiempo vivido en Morón- Cuba en el año 2019.

Para mi, fue una riqueza muy grande compartir con diferentes personas que me dieron a conocer con su vida y testimonio el Amor de Dios, lo descubría cuando compartía con ellos en la cotidianidad, ver en la sonrisa de los niños la ternura de Dios, en la vitalidad y alegría de los jóvenes la paz que proviene de lo alto,  en el rostro de los mayores la paciencia y la sabiduría divina, ellos son faros de luz que van iluminando nuestro camino y nos permiten crecer en el compromiso y en la entrega.

Fue hermoso descubrir que todos valemos ante nuestro creador y que vale la pena dejarnos envolver en su voluntad; ya que todo lo lleva a la plenitud según su querer.

Hoy, puedo compartirles a ustedes que ser misionero es estar con los que sufren, con los que lloran, con los que ríen, con los que luchan día a día para conseguir el alimento del cuerpo, pero también del alma; es compartir la vida, el tiempo y lo mejor que se tiene.

Ser misionero es ser sonrisa, voz, alegría y muchas veces hasta silencio. Si, silencio para escuchar con el corazón.

Ser misionero es descubrir a Jesús en cada persona y dejarse atrapar por la sencillez de la vida, es acompañar, servir desde lo que cada persona es, desde su mejor versión.

Ser misionero es darlo todo, es dar la vida por Amor.

Los invito a que se lancen a esta bella experiencia de ser misioneros, portadores del Amor y descubran que nuestra vida va más allá; que todo lo que hacemos recobra un sentido porque tenemos un Maestro que nos convoca, nos prepara y nos envía a ser santos: Jesucristo.

Diana Gómez Saavedra. MAR