El 1 de Noviembre se celebró la solemnidad de todos  los santos y el día 2 se conmemora el día de todos los difuntos y en México se vive un ambiente de fiesta al recordar  a nuestros seres queridos que ya han partido para la otra vida. Ha sido para mí una experiencia significativa tanto emocional como culturalmente, ya que esta fecha se vivió con alegría recordando la memoria de los difuntos que siguen presentes en los recuerdos.

El día Martes 02 tuve una jornada llena de aprendizajes y asombro, al apreciar las obras de artes que representan los altares de ofrendas para los difuntos.  Por la mañana asistimos a la Eucarística después visitamos los altares de ofrendas que estaban expuestos  en el parque del centro de la ciudad. Ha sido emotivo para apreciar tanto los detalles como, la creatividad, los recursos naturales, la esencia de cada altar, la decoración y los diferentes contextos que representaban, sin que faltara lo esencial la ofrenda que son alimentos, velas y flores.

Ha sido una experiencia enriquecedora conocer y apreciar de cerca la tradición, de colocar un altar de ofrendas en memoria de los difuntos, reuniendo en un solo sentir a toda la población, conviviendo y compartiendo con alegría esta fecha y no con tristeza por su ausencia  sino agradecidos por su vida terrena, brindándo ofrendas en su honor.

Es una fiesta que no excluye a nadie, es una tradición enriquecedora a la que todos son invitados a compartir no importando la religión, el estatus social, o el origen de nacimiento.

Edna Saquic, Postulante MAR