Del 19 al 22 de septiembre de este año se realizó el Congreso Nacional de Misiones en la parroquia de San Francisco de Borja, en Madrid España, como preparación del Mes Misionero Extraordinario, convocado por el Papa Francisco para este año, conocasión de los cien años de la Carta Apostólica Maxium Illud del Papa Benedicto XV.

De las Misioneras Agustinas Recoletas asistieron las hermanas Marisa Martínez, Gloria Hernández y Cruz Ajpacajá, también asistieron algunos frailes Agustinos Recoletos, hermanas Agustinas Misioneras con quienes se compartió fraternalmente.

El motivo de esta invitación del Papa principalmente es reflexionar, reavivar, renovar y despertar la conciencia misionera de la Missio Ad Gentes y retomar con nuevo impulso la transformación misionera de la vida y pastoral de la Iglesia, con el lema “Bautizados y Enviados”. Se quiere vivir este mes desde las cuatro dimensiones expuestas por el Papa Francisco:

  • El Encuentro Personal con Jesucristo vivo en su Iglesia
  • El Testimonio
  • La Formación Misionera
  • La Caridad Misionera.

Estos temas se profundizaron en el congreso mediante las diferentes intervenciones de los ponentes invitados,quienes desarrollaron con profesionalismo los temas a través de testimonios misioneros, mesa redonda. Cada jornada se iniciaba con la celebración Eucarística y culminaba con una vigilia de oración.

Algunas ideas que resaltaron a lo largo del congreso:

APERTURA

El P. José María Calderón, director nacional de OMP, y Mons. Francisco Pérez, presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, arzobispo de Pamplona y Tudela, hicieron la apertura del congreso el 19 de septiembre.

Mons. Francisco Pérez explicó que “ante una sociedad desamparada es importante manifestar que Dios nos ama” y dijo que en la actualidad la Iglesia está llamada a ser “más fermento que masa”.

Algunas de las Ponencias fueron:

EL MUNDO ACTUAL, ESCENARIO DE LA MISIÓN

María Consolación Isart Hernández, vicedirectora del Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas de Valenciasubrayó que “vivimos en una globalización vacía” en la que Cristo se presenta como la “única verdad”. “Tenemos que renunciar a la prisa”. La investigadora hizo un llamamiento a trabajar con los jóvenes favoreciendo el encuentro directo con Jesús en la oración, convencida de que la juventud tiene sed de Dios. “Dios es el misionero por antonomasia”, comentó, a la vez que propuso poner en el centro de la evangelización a María.

LA IGLESIA LOCAL NACE DE LA MISIÓN Y VIVE PARA LA MISIÓN

Para Eloy Bueno todavía hoy “la misión ad gentes queda en el margen o en la penumbra” para gran parte de las Iglesias locales. El futuro de la iglesia depende de la solidez y la consistencia de las iglesias locales, que tiene que recuperar su convicción y su identidad.

TESTIMONIO EN MESAS REDONDAS

OBISPOS EN MISION

Por un lado, Eugenio Arellano, del vicariato apostólico de Esmeraldas (Ecuador), reivindicó que, “como Iglesia tenemos que ser más claros en nuestra apuesta por los pobres”, “Cuando la pobreza es grande deshumaniza”, “Creemos mucho en el poder evangelizador de la educación”.

En esta misma línea, se expresó Juan José Aguirre, obispo de Bangassou: “siempre he buscado estar con los más pobres y vulnerables”. “Necesitamos expertos que vengan a ayudarnos a vendar tantos corazones heridos de los niños que se han quedado huérfanos o de las adolescentes violadas”. De hecho, hoy por hoy, confesó que “tenemos la mitad de las misiones destruidas, pero nos queda la fe”.

Por último, Miguel Ángel Sebastián, obispo en Sarh (Chad), recordó que cómo “es la última Iglesia que ha nacido en el interior de África. Es una Iglesia joven, no solo porque ha surgido hace poco, sino porque son los jóvenes las que la dinamizan. Los jóvenes llenan nuestras Iglesias”. También destacó que, aunque el Chad sea un país laico “permite a la Iglesia ejercer su misión con libertad y celebrar la fe en público”.

CLAUSURA

El Congreso Nacional de Misiones se clausuró el 21 de septiembre con la Eucaristía presidida por el Cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal de España, y la posterior intervención del Cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, y el director nacional de Obras Misionales Pontificias, el P. José María Calderón.