Cada año celebramos la Semana Santa y está el peligro de convertirla en una rutina pensando que otra vez pasará lo mismo; las celebraciones son las mismas a la de otros años… sin embargo cada año es diferente, Cristo siempre es novedad en nuestras vidas.
Comenzamos nuestro camino en Las Gabias, España, compartiendo dos charlas previas a la Semana Santa. La primera para adultos donde profundizamos en los verbos Amar, Morir y Resucitar[1], haciendo referencia al jueves, viernes y sábado santo respectivamente. La segunda fue un encuentro de oración con los jóvenes de confirmación. Profundizamos en la parábola del Padre Misericordioso, los jóvenes pudieron orar y reflexionar aspectos de su vida y descubrir el Rostro de Amor del Padre.
El Domingo de Ramos contamos con un día maravilloso para poder realizar la procesión que va de la Ermita Nuestra Señora de las Nieves hacia la Parroquia de la Encarnación, posteriormente se llevó a cabo la Eucaristía Solemne.
Los días jueves y viernes santos participamos de los oficios propios y también de las procesiones que se realizaron ambos días.
El día sábado, a medio día,nos reunimos en la Ermita para un acto mariano en donde acompañamos a nuestra Madre en su soledad por la muerte de su Hijo y oramos también por las familias que pasan por diferentes dificultades.
Y así listas para la celebración más grande del año,llenas de alegría y esperanza, participamos de la Vigilia Pascual en donde una vez más Cristo Resucitado nos colmaba de su Luz en comunión con la comunidad parroquial.
Damos gracias a Cristo Resucitado por permitirnos hacer memorial de su pasión, muerte y resurrección y nos acogemos a Él para que el servicio que realizamos en el pueblo sea siempre nuevo en el Espíritu y guiado por Él.
Comunidad MAR de Las Gabias
[1] Reflexión de Casimiro López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón