Hace 34 años nuestra  hermana Cleusa Carolina Rody Coelho a los márgenes del río Pacía cuando buscaba llevar paz a un conflicto entre indios apuriná de la región, que sin sombra de dudas habían sido atizados por blancos en nombre de los intereses económicos de los poderosos de la ciudad de Lábrea, lo entregó  todo por la misión, hasta su propia vida, que ya no era de ella, era del Dios de la vida.

Recordar este acontecimiento es descubrir que el evangelio se continúa haciendo vida en los discípulos del Maestro en este tiempo.

La hermana Cleusa dejó sus opciones y convicciones como testimonio que hoy agradecemos: “Comprometerse con el indio, los más pobres, despreciados y explotados, es asumir firme su caminar, confiando en el futuro cierto que ya se vuelve presente en las pequeñas luchas y victorias…VALE ARRIESGARSE.”

En este año 2019, el sínodo de la Amazonía y el mes misionero nos motivan a volver la vista atrás y releer la historia de una Misionera Agustina Recoleta, fiel, convencida del Amor del Padre y llena de ese amor que lo derramó en los más pequeños.

Celebrar el martirio de hermana Cleusa es comprometerse con el proyecto de vida de Jesús y renovar nuestra consagración y opción por los excluidos.

SECOMAR