El día 11 de abril nos reunimos en la comunidad de hermanas  mayores de El Limonar-Cali. Tuvo lugar un encuentro fraterno de reflexión, a la luz del carisma plasmado en nuestras Constituciones.

Realizamos con las hermanas tres estaciones. La primera consistente en cargar la cruz de Jesús, junto con las hermanas, para llevar nuestras cruces y las cruces de la humanidad, como anhelo de participación en la cruz de Cristo. La segunda estación: sembrar nuestras virtudes y hacer un recorrido por la historia de cómo se han ido sembrando y continuamos haciéndolo a través de cada una de nosotras. La tercera, vernos como don que se dona, y hacerle un regalo a una hermana y recibir de otra, otro detalle para reconocer nuestra fraternidad y el don de cada una en la comunidad. Al final soltamos nuestros sueños por medio de unos globos para que sea Jesús quien los mantenga en alto, vivos y hechos realidad. Compartir con las hermanas mayores sus expectativas y lo que las motiva como consagradas fue un auténtico regalo de Dios.