El pasado tres de mayo, todos los cristianos alrededor del mundo nos unimos a la Jornada de oración por las vocaciones y Jornada de vocaciones nativas; el eco de la frase “Jesús vive y te quiere vivo” resonó en nuestras plegarias que desafiaron nuestra esperanza y confianza en Cristo, el eternamente joven, que hace nuevo todo lo que toca.
El pasado tres de mayo, todos los cristianos alrededor del mundo nos unimos a la Jornada de oración por las vocaciones y Jornada de vocaciones nativas; el eco de la frase “Jesús vive y te quiere vivo” resonó en nuestras plegarias que desafiaron nuestra esperanza y confianza en Cristo, el eternamente joven, que hace nuevo todo lo que toca.
Esta semana, cada comunidad MAR y laicos, alrededor del mundo, nos uniremos en un solo corazón y en una sola alma, para celebrar orando nuestra semana vocacional; valorando el don de la vocación recibida, pidiendo renovada fe y arriesgada disponibilidad para responder adecuadamente a la misión confiada, así como, elevando plegarias al Dueño de la mies para que potencie nuestro servicio evangelizador en el acompañamiento a los jóvenes y regale a su pueblo vocaciones Misioneras Agustinas Recoletas.
Del 18 al 24 de mayo cada MAR y laico, a los pies del Maestro, acogemos la oportunidad de reconocer que la oración confiada, agradecida, de intercesión, invadida por la esperanza a favor del fortalecimiento y nuevas vocaciones al servicio del pueblo de Dios, siempre ha sido un apostolado común, un modo de colaborar en la misión de la pastoral vocacional.