Mi ingreso al postulantado ha cambiado muchas cosas en mi vida, material y espiritualmente, además de comenzar a estudiar en el Instituto Interreligioso de Formación (INTER).

Al principio me sentí como un “pollito comprado”, lo típico que pasa cuando uno llega a un nuevo lugar o cuando no conoce a nadie, pero con el tiempo he conocido chicas de diferentes congregaciones, muy simpáticas, platicamos sobre el carisma de nuestras congregaciones, compartimos sobre nuestro lugar de procedencia, etc., me sentía muy contenta con ellas.

Luego, conocí a los maestros de cada materia, unos más serios que otros, pero todos con grandes conocimientos sobre el curso que imparten. Me divierto  mucho en  las  clases de Biblia que imparte el  profesor Jorge Piedad Sánchez,  donde no hace falta un “lean” o un “no manchen”, estas frases propias de él son muy chistosas, sobre todo, cuando se desespera al vernos que no le atinamos  a lo que quiere saber; pero esa risa se me borra cuando recibo  el curso del Profesor  Héctor  Conde  Rubio, Métodos de estudio, ya que es una materia de mucho  análisis y crítica,  algo que a mí se me dificulta, al principio se me hizo muy difícil porque nos dejó como examen final  realizar un ensayo académico,  pero gracias a Dios y con el  apoyo de mis hermanas de comunidad, logré entregar ese ensayo; Introducción a la Oración, Llamado y Respuesta en el Seguimiento de Jesús, materias que da  la Hna. María Francisca Molina, donde nos deja  fichas para nuestra reflexión personal o a veces nos deja citas bíblicas para orarlas y reflexionarlas. 

Pero aún con todo lo que me pasa, me gusta ir al INTER, porque aprendo cosas nuevas que me ayudan en mi formación.  

Mi experiencia en el INTER ha sido muy bonita, al ver que estoy con chicas que, al igual que yo, han dejado su familia, su país, por seguir a Jesús; esto me motiva mucho porque así me doy cuenta que no soy la única que quiere optar por ésta vida.

Puedo decir que ha sido muy enriquecedor compartir con personas de otras culturas, porque, a través de ellas conozco más cosas y congregaciones que antes ni sabía  que existían, y cada vez es  más interesante cuando las chicas me platican  sobre las actividades  y apostolados que realizan  en sus comunidades, la mayoría se dedican a dar catequesis, trabajar en colegios, albergues… cada una es muy feliz con lo que hace, por supuesto que yo no me quedo atrás porque les comparto el apostolado que realizamos con los niños de  las vías y en el ANE.

Estoy muy agradecida con el Señor por la oportunidad que me da de tener estas bonitas experiencias que son de mucha ayuda en mi crecimiento espiritual, material y académico.

 

CLAUDIA PUAC RAMÍREZ, Postulante M.A.R

 

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