Misionando en boca del pao

«Antes de la fiesta de la Pascua,  sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,  LOS AMÓ HASTA EL EXTREMO» Jn. 13, 1

Nunca esas palabras habían cobrado tanto significado para mí como lo tuvieron esta Semana Santa 2015. Son preciadas las veces que he tenido el placer de ver el amor de Jesús tan maravillosamente reflejado como lo vi en los ojos de la gente de Boca del Pao. Cada segundo que pasé en medio de esa comunidad lo atesoro desde lo más cerca de mi corazón, sin duda fueron mucho más los regalos y lecciones que me traje de vuelta a Maracaibo que lo que entregué de mí en aquel pueblo. Dios se valió de cada una de esas personas para enseñarme que en las cosas más pequeñas y sencillas es que mejor se manifiesta su Gracia.

Las ganas de amar y servir pudieron más que mis inseguridades y caprichos, no fue sin miedo que tomé la decisión de embarcarme en esta aventura, inicialmente me pregunté más de una vez si sería capaz de decirle adiós a mi pequeña burbuja llena de comodidades para salir al mundo y compartir esto tan precioso, que me hace ser quien soy, mi fe. Hasta cuando ya estaba metida de cabeza en el río, escuchando las risas de los niños, jugando a «las pirañitas» me preguntaba si de verdad estaba haciendo un buen trabajo, pero más allá de eso me di cuenta que no hay nada que no pueda hacer si Dios está conmigo, cada vez que el cansancio o la pereza se asomaban a la vuelta de la esquina, es increíble como Él nos recargaba las pilas al triple para seguir dándolo todo. Es completamente cierto que Dios no escoge al capacitado si no que capacita al escogido, lo viví como nunca durante esa semana llena de bendiciones.

¡Jesús ha resucitado, verdaderamente ha resucitado! Y con Él, también se ha renovado mi espíritu,  hoy soy una persona que sabe que las limitaciones son sólo un falso concepto creado por la gente que no tiene fe,  una persona que está muy lejos de ser perfecta pero está dispuesta a trabajar incansablemente para construir el Reino de los Cielos aquí en la tierra, una persona con el corazón abierto para lo que Dios quiere en su vida, pero sobre todo una persona lista para las Misiones de 2016.

Carla Hermoso. Misionera JAR

Estudiante de Psicología

Edad, 19 años

¡LA FELICIDAD ESTÁ HECHA DE PEQUEÑAS COSAS!

 

Para ser feliz solo se necesita un segundo, el momento cuando decides serlo. Día tras día nos enfrentamos a situaciones donde sin querer nos hacen la invitación a ser felices pero con otras cosas tangibles las cuales pueden ser reemplazadas una y otra vez, para que de igual manera ocurra el mismo sentimiento en ti. Año tras año varias personas de Venezuela, parten de sus casas para iniciar una travesía y encontrar  la felicidad que retumba sus vidas en Cristo a través del hermano, y esa fue mi experiencia, bueno así inicio mi experiencia…

 

Este año 2015 cumpliendo 6 años misionando, reafirmo mi argumento sobre que el misionar no lo hacen las experiencias, sino la oportunidad que te das de misionar desde quien eres hasta quien es el otro, cuando se tiene a Cristo presente en tu vida, definitivamente ni tu caminar sigue siendo igual, y comienzas a ver cada experiencia y vivencia como un momento rico en aprendizaje y de su amor infinito impregnado… Boca del Pao se convirtió, no solo en un lugar donde fui a llevar a Dios sino en donde pude darme cuenta lo feliz que soy con cosas pequeñas, y como Jesús sabe enamorarme día a día con su misericordia, desde los compitas hasta los buñuelos, puedo afirmar que la lejanía del pueblo no se relaciona con la lejanía de Dios en esta población. Seria mentira decir que no existen personas creyentes, puesto que si las hay aún no se si serán las mayoría, pero como en la variedad se encuentra la calidad, también hay personas donde puedes ver el amor de Cristo por sus poros, y sus enormes ganas servir.. Como dijo Jesús, hay que ser como niños para entrar al reino de los cielos, pienso que hay que ser como los niños de Boca del Pao, para entrar al reino de los cielos, este pueblo definitivamente supo robarse mi corazón, porque aquella persona que sea dichosa de conocer a Cristo, el latir se acelera ya no se tranquiliza.

 

Feliz vida a todos aquellos que son instrumentos de Dios pero especialmente al pueblo de Boca del Pao.

 

Faviana Bracho. Misionera JAR

 

Estudiante de Medicina

 

Edad, 19 años

 

 

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