Somos libres por naturaleza; sin embargo, siempre nos encontramos sujetos a una cultura, religión, o ideales no propios, los cuales no nos permiten actuar en completa libertad; entonces necesariamente, nos cuestionamos: ¿Quién soy yo?… y esto nos lleva a conocer el contexto, y a escudriñar, qué es lo que nos hace libres; entonces, cuestionándonos se va aclarando hacia dónde va nuestra vida, decidiendo y ubicando nuestra actividad en la vida familiar, social, cultural y religiosa…

Los actos humanos son ejecutados consciente y libremente por decirlo así, en un nivel racional donde el hombre sabe y es consciente de sus actos.

Actuar con libertad implica asumir la responsabilidad de nuestras acciones, es decir, estar comprometidos ante las consecuencias que surjan de las decisiones tomadas.

Cuando hay libertad, la persona puede escoger la actividad que desea desarrollar y ésto lo llevará a ser feliz; la fuente de felicidad eterna está dentro de nosotros y no en el mundo material que nos rodea. 

Esta capacidad de elegir libremente una forma de vivir para ser feliz y ocupar un roll en la sociedad según sus preferencias, le lleva a ser responsable, respetando la libertad de las otras personas.

Ser libre en nuestro caso laical, es elegir el seguimiento de Cristo, atendiendo su voluntad en las situaciones, que el estado civil, familiar, oficio o profesión, amigos y cercanos, o grupo, nos reclama… buscando y persiguiendo, ser luz.  “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de la esclavitud” Gal.5,1

Porque la libertad no apunta únicamente al bien del “yo” individual, sino también al “nosotros” comunitario. Así, la libertad no es libertad para el egoísmo, sino libertad para darse, amar, servir, como lo hizo Jesús.

Este darse, amar y servir lo demostraremos siendo testimonio de lo que nos dejó Jesús, actuando siempre en nombre del Padre, quien nos ha amado infinitamente.

Por consiguiente, este amor debe llevarnos a estar dispuestos, animados y con la intención de servir con los talentos recibidos, haciendo lo que el Señor, en su voluntad presente a cada uno, siendo así instrumentos del anuncio del Reino.  

Hilda Inés Cortés M./ FRAMAR 

Bogotá, 28 de Marzo de 2023