Durante la etapa del postulantado, trabajamos nuestra historia, aprendemos a amarla, sanarla y respetarla. Es un proceso de autoconocimiento, de encuentro con nosotras mismas y con la perla preciosa que habita en nosotras.

Esta experiencia es muy enriquecedora ya que nos ayuda a conocernos mejor, a reconocer y valorar nuestra historia, a entender, a mirar con otros ojos y darle un sentido nuevo, aprendemos  a mirarla  con amor, porque es nuestra historia, somos nosotras mismas, son nuestras raíces, es lo que nosotras vivimos.

Es también mirar las partes no tan buenas con otra mirada. Reconocer esas dos partes como nuestros verdaderos manantiales, que nos fortalecen y nos animan,  todo esto,  nos permite  crecer, amar, madurar y ahondar en lo que somos y tenemos.

Estemos atentos a las manifestaciones de amor de Dios en nuestras vidas. Valoremos nuestra historia, llenémonos de coraje para embarcanos en esta aventura del misterio lindo que somos nosotras mismas.

Camila Souza da Silva.

Postulante MAR