PROFESIÓN PERPETUA DE MIROSLAVA Y HERLINDA

El pasado domingo 20 de octubre, Jornada del DOMUND, en la Parroquia «Ntra. Sra. de la Encarnación» de Las Gabias, Granada (España), nuestras hermanas Miroslava Calderón y Herlinda García realizaron su Profesión Perpetua en nuestra Congregación de Misioneras Agustinas Recoletas. Herlinda nos comparte aquí su vivencia de este acontecimiento tan importante para su vida:

«ME AMÓ Y SE ENTREGÓ POR MÍ» Es la frase que resume todo lo que siento, porque un acontecimiento tan importante para mi, como es la profesión perpetua, me hizo echar una mirada hacia atrás y ver en cada uno de los detalles, las huellas de Dios en esta historia de amor que empezó hace muchísimos años. No se puede explicar con palabras, pero muy en el fondo siento que es Dios quién, en este acontecimiento, me dice que sigue apostando por mí, Él es quién ha dado ese sí con mayúscula en mi, esperaba mi sí, por su puesto, porque para Él es importante mi respuesta.

Al  echar esta mirada hacia atrás sólo descubro la mano de Dios en cada uno de los detalles que fueron decisivos en mi historia vocacional, creo que no hubo un momento puntual en que diga “aquí me nació la vocación”, simplemente veo medios que Dios fue poniendo en mi camino. Algunas veces me han pedido que contara mi historia vocacional, siempre he dicho que no sabía porqué cuando era pequeña saliendo de una misa dije “quiero ser monja” y aunque esto es verdad, creo que la historia empezó mucho antes y, además, por distintos medios por la que Dios me fue llamando, hasta una radio evangélica (Stereo Luz)  donde leían el evangelio y ponían cantos religiosos… me acuerdo de uno en particular que decía “estoy enamorado de un hombre diferente a los demás, si yo me enamoré de este hombre, por qué  no te enamoras tú, también te ama a ti y se llama Jesús”. 

Decidí  ser religiosa sin saber aún en qué congregación entraría; hay otro detalle que también suelo dejar de lado cuando cuento mi historia, que para mí en este momento, es un detalle clarísimo de la obra de Dios en mi vida. Como estaba en un momento de búsqueda fui a una convivencia de una semana con la Terciarias Benedictinas, que lo llamaban  “ora et labora” que por cierto fue una experiencia muy bonita, me gustó mucho, pero no supe explicar y sigo sin saberlo; cuando terminó, lo único que yo quería era llegar a mi casa y ver a mi madre; a lo que iba… en esta convivencia tuvimos una oración que creo fue decisiva en mi opción, que consistió simplemente en este detalle de que en unas macetas estaban enterrados unos papelitos que tenían un mensaje y cada cual debía buscar el suyo, el mío decía “no tengas miedo, te llevo cargado en mi espalda” me acuerdo que después de leerlo le dije a Dios en mi corazón “Sí”.

Después de este sí, fue cuando me pregunté y le pregunté a Dios hacia dónde me quería. Ya por este tiempo conocía a las Misioneras Agustinas Recoletas, me convenció su historia y su forma de vivir el evangelio, fue por eso que decidí ir a México para empezar la formación.

Agradezco a las Misioneras Agustinas Recoletas por acogerme, por acertarme y porque ahora que soy parte de esta historia, luchamos codo a codo por intentar vivir el evangelio en la vida comunitaria y en el servicio al prójimo.

Agradezco a toda a toda la familia agustiniana por sus oraciones, llamadas y  detalles.

Gracias también a esta comunidad parroquial de las Gabias, que nos mostró su cariño y afecto.

Gracias a todas y cada una de las personas que vinieron de otros sitios, sólo por acompañarnos,  me gustaría nombrarlos a todos y cada uno, pero me alargaría muchísimo y no es mi intención.

Gracias sobre todo a mi familia que desde Guatemala y otros sitios me acompañaron, aunque lejos, pero para el corazón no hay distancia.

Sólo me sale decir “GRACIAS SEÑOR, GRACIAS”

Herlinda Garcia M.A.R.

 

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