NUESTRO PASO POR CARTAGENA

            Los primeros en llegar a La Heroica, el 20 de marzo, en horas de la tarde, procedentes de Barranquilla, fuimos, Andrés Camilo Cano, aspirante OAR y yo, hna. Elsa Gómez; los dos, colaboradores en esta ocasión. Andrés Camilo fue quien compuso el himno de la expedición. Después de saludar a los padres agustinos recoletos, que viven en La Popa, el padre José Beltrán nos condujo a la Posada Santa Mónica, en el barrio de Crespo, muy cerca al aeropuerto y a dos cuadras del mar. Mientras el padre José se hacía cargo de otras responsabilidades, atendí a la administradora y recibí los apartamentos.

            Como no falta la curiosidad y el deseo de conocer, salimos con Camilo para ver el mar y soñar con un rato de oración en la playa. Lo que no sabíamos era que están construyendo una gran avenida y en esa parte por ahora no hay paso al mar, ni se alcanza a ver por las lonas que lo tapan.

            Un poco más tarde, llegó procedente de Medellín, el “Equipo expedicionario” conformado por: Fray Iván Mauricio Lotta, OAR, Jeison Alexander Muñoz, (Aspirante  OAR), Adriana Quintero y Natalia Serna, quienes trabajan en la parroquia de San Nicolás de Tolentino en Medellín. Enseguida, nos dirigimos a la Parroquia San Agustín de Canapote para conocerla ya que sería nuestro primer lugar de trabajo. Después de la cena nos reunimos, como lo hicimos todas las noches, con el fin de organizarnos, hacer la distribución de responsabilidades, acordar horarios y atender sugerencias. Todo en un ambiente distendido y alegre.

            Al día siguiente, después de la oración y el desayuno, nos dirigimos a la parroquia San Agustín para el encuentro con el párroco, padre Omar Cárdenas, OAR.

            Seguimos al Convento de la Popa para encontrarnos con la comunidad local: Fray José Beltrán, superior de la comunidad, Fray Omar Cárdenas, párroco de la Parroquia de San Agustín de Canapote, y Fray Pompilio Blanco. Con ellos se habló acerca de todo lo programado, tanto en la parroquia San Agustín, como en el Convento de la Popa. Se escucharon las sugerencias y se hicieron los ajustes necesarios. A la salida, aprovechando la hermosa vista de Cartagena, su mar y sus playas, nos tomamos algunas fotos.

Después del almuerzo, se unió al grupo Santiago de Jesús Vargas, aspirante OAR, quien venía de Puerto Colombia, también como colaborador.

Luego nos reunimos con el consejo parroquial y los coordinadores de grupo, de la Parroquia San Agustín de Canapote; éramos unas 32 personas; todas se manifestaron muy interesadas en conocer sobre la cultura vocacional.

En cada lugar se comienza con la Eucaristía de apertura y se entroniza la llama expedicionaria que partió desde Pasto, al sur de Colombia, al inicio de la expedición. El tema que ilumina u orienta todas las actividades, es la cultura vocacional. Se finaliza con la Eucaristía de cierre en donde se entrega la llama expedicionaria al grupo que continuará la expedición, en este caso, a quienes irán a Bucaramanga. Al terminar, siempre, se hace evaluación.

En las parroquias, como esta de San Agustín de Canapote, además de la reunión con los animadores de grupo, hay reunión con los niños, con los jóvenes de las JAR si los hay, con los jóvenes en general, con las familias, con los mayores. Hay momento para la Eucaristía diaria, la hora santa vocacional, para el rosario vocacional, para la lectio divina con el tema de la llamada. En cada parroquia de antemano han estado trabajando para recibir al “Equipo expedicionario” y todos los parroquianos están a la expectativa.

En los colegios se aprovecha para el encuentro con los alumnos, con los padres de familia, con los profesores y si hay espacio en la parroquia, se aprovecha. Todo depende del lugar.

En la Parroquia San Agustín de Canapote, por ejemplo, para atraer a los jóvenes, se llevó a cabo un concierto de música religiosa. Participaron varios grupos, entre ellos el que dirige Andrés Camilo Cano. Realmente fue una maravilla alabando a Dios con todo el cuerpo. Fue un rato de oración, de disfrute, de alegría, de alabanza, muy dinámico. Verdaderamente fue un concierto de calidad.

En el Convento de la Popa no hay parroquia, pero los padres buscaron colegios para visitar, y como alternativa para algún espacio libre, un barrio marginal, que atienden las Misioneras de la Caridad, al que fuimos: El Paraíso, zona de Lomafresca, barrio al que pertenece el Convento de la Popa. También al Hogar San José, de tercera edad que tienen las Misioneras de la Caridad en Cartagena. Todo espacio se aprovecha para comprometer a la gente con la oración por las vocaciones, y para que el que lo desee y pueda, apadrine a un formando. En todos queda la inquietud de que hay que caminar en la búsqueda de la voluntad de Dios en sus vidas y en las de sus hijos.

En cada lugar el tiempo que dura la expedición es tres días. Días de trabajo y trasnocho, pero vividos con amor y esperanza. Roguemos al Señor para que bendiga especialmente a nuestros hermanos agustinos recoletos por todo lo que supone este compromiso vocacional y por permitirnos, a las ARE (Agustinas Recoletas de los Enfermos) y a las MAR, hacer parte de la expedición. Que el Señor en su bondad nos regale vocaciones santas para la Orden y para nuestras congregaciones.

Hna. Elsa Gómez Galindo, MAR

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