CRÓNICA DE CUARESMA Y SEMANA SANTA 2018

EN EL CONVENTO DE LA MERCED DE CALI

 

Como una forma de contribuir con la formación y el bien espiritual de quienes viven y trabajan en el Convento de La Merced de Cali, y como una manera de irlos apropiando y sensibilizando alrededor de lo que es e implica el servicio en una casa cuya función es la Evangelización, el equipo del CEMAR – La Merced (Centro de Espiritualidad Misionera Agustina Recoleta), en desarrollo de su cronograma anual y en ejercicio de sus funciones, aparte de la programación propia de la Semana Santa, quiso también abrir un espacio para la preparación y la reflexión en tiempo de Cuaresma, con la realización de un sencillo pero sentido Viacrucis el viernes 23 de marzo a las 11:00 a.m., en el interior del Convento.

 

Con la colaboración y compañía de algunas Hermanas y la asistencia de empleados y colaboradores del Convento, se inició el recorrido por el patio del Museo, desde donde se portó una cruz de madera que se cargó por turnos entre los participantes.

 

Se continuó por el patio de San José, luego la sala de la Comunidad y se recorrió el patio de los nísperos en su totalidad hasta terminar con la decimoquinta estación, poco antes del mediodía, en un clima de piedad y satisfacción por haber hecho a conciencia y sin afanes el acompañamiento a Jesús hacia la Cruz.

 

El Domingo de Ramos y los días lunes, martes y miércoles santos, se desarrollaron según el programa, logrando, como se describe en otra crónica, resultados muy interesantes en relación con la preparación para la vivencia de los días santos, que fue dirigida y expuesta con sencillez y claridad por la Hna. Ana Joaquina Mariño W.

 

Las funciones del Jueves Santo empezaron con la Eucaristía y unción de los enfermos a las 9:00 a.m., y en la tarde, a las 4:00 p.m., la solemne celebración de la Cena del Señor, el lavatorio de los pies, la procesión con el Santísimo y su traslado al monumento.

 

Éste último, se preparó con suficiente anticipación, pues dada la importancia de La Merced por su tradición y por su privilegiada ubicación en el centro histórico de Cali, que atrae año tras año a grandes multitudes por estas fechas, era necesario hacer algo conforme al sitio, a las dimensiones del lugar y por supuesto a la trascendencia del momento, nada menos que albergar a Jesús Sacramentado durante varias horas, acompañándolo en memoria de la soledad que sintió y del sufrimiento que vivió antes de su muerte y posterior resurrección.

 

La frase elegida para este año 2018, se tomó del mensaje del Papa Francisco el miércoles de ceniza al dar inicio a la Cuaresma: “¡Detente, mira y vuelve a la Casa de tu Padre!”.

 

Con grandes letras amarillas, sobre un enorme telón rojo de fondo que resaltaba el antiguo sagrario de plata de 1765, enmarcado por un portal blanco de estilo colonial, aludiendo a la “Casa del Padre”, elevados estos dos elementos sobre un pedestal y a los pies de este los ciriales adornados con mariolas (láminas de plata labrada); el Monumento, diseñado, elaborado y montado por personal del Convento y del Colegio de La Consolación, y erigido en la Capilla de Los Remedios, pudo brindar con su simplicidad y belleza, el mensaje propuesto a los cientos de personas que llegaron y colmaron La Merced por curiosidad, por costumbre o como parte del tradicional recorrido de las siete iglesias, desde el momento en que terminó la ceremonia hasta casi la media noche.

 

Entre las 8:00 y las 9:00 p.m., se programó la Hora Santa, iniciada por la Hna. Luz Elena Londoño y terminada por el Capellán de La Merced, en la que se reflexionó sobre la frase del Papa, terminando con la bendición y la indulgencia propias de este ejercicio piadoso.

 

El viernes a las 10:00 a.m., se congregó de nuevo la Comunidad para hacer con algunos fieles de La Merced el santo Viacrucis dentro del templo, siendo dirigido de nuevo por la Hna. Luz Elena, con el apoyo de otras Hermanas y laicos presentes.

 

En la tarde la ceremonia de la Pasión del Señor, la adoración de la Santa Cruz y a las 6:00 p.m., el sermón de las siete palabras.

 

El sábado santo a las 5:00 p.m., bajo la orientación de la Hermana juniora Luz Elena, se le rindió homenaje a la Virgen con el rezo del rosario, meditando sus siete dolores.

 

A las 8:00 p.m., se realizó la solemne Vigilia y al día siguiente, Domingo de Resurrección, antes de la Misa de 9:00 a.m., partió desde La Merced la procesión de Cristo Resucitado con dirección a la Catedral de San Pedro; en la tarde la Misa de 6:00 p.m., y con ésta, terminó la programación de Semana Santa, con la tranquilidad del deber cumplido y la alegría de revivir nuevamente la Resurrección de Jesús, luego de recordar su pasión y muerte.

 

 

Por: Alejandro Archila Castaño (Director del Museo – Equipo CEMAR)