«Todo en esta vida es un decidir»

                  Con gran alegría compartimos la experiencia que vivimos en la convivencia vocacional que se realizó los días 23 y 24 de mayo en el Colegio Ntra. Sra. de la Consolación de Caracas-Venezuela.

                  Reconocemos la providencia de Dios que se manifestó en la realización de la misma, ya que fueron muchas las dificultades que surgieron para que las jóvenes pudieran participar. Al mismo tiempo celebramos con alegría la tenacidad, la pasión y el deseo de las chicas que, frente a los obstáculos, buscaron los medios para poder asistir. Cuanto mayor es el esfuerzo, mayor es la alegría en la victoria y eso fue lo que pudimos palpar en cada una de ellas.

                  Seguir a Jesús es una aventura apasionante que El nos invita a vivir, pero para todos los que decidimos embarcarnos en su misión con alegría, implica un salto de Fe y Confianza en que es El quien lleva adelante la obra y nos capacita para ser instrumentos de su amor.

                  Durante un día y medio hicimos la experiencia de renovar el llamado que El nos hace, escuchar su Palabra que se encarna en nuestra realidad y en la comunidad. Celebramos, como Misioneras, esta vocación recibida, como Agustinas, el don de la fraternidad, y como Recoletas, la profunda experiencia del amor de Dios que nos habla al corazón.

                  Agradecemos a la comunidad de Caracas que nos recibió, nos acompañó con sus oraciones y compartió la vida fraterna.

                  Quien se encuentra con Jesús descubre que su vida no queda igual, sino que se transforma. Dejarse amar por El y seguirlo, es una “decisión” del corazón, es movimiento, es romper muros, ir mar adentro y pescar por el Señor.

                  Dejémonos amar por El y lancémonos en su misión MAR adentro, porque todos somos llamados a ser pescadores de hombres.

 

 

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