Hace 25 años, en una mañana lluviosa, con un acto solemne se fundó la Vicaría parroquial san Agustín, un proyecto que se venía gestando en la viceprovincia para hacer presencia en tierra de misión. Gracias al apoyo del P. Lelio Isaac Fajardo fue posible encarnarnos en la Diócesis de Barcelona, especialmente en la zona sur, la más carente de presencia del clero y de la vida religiosa. Mons. Constantino Maradei Donato, obispo de esa jurisdicción eclesiástica confió en nuestra congregación y le encargó el pastoreo de cinco poblados: Atapirire, Múcura, Boca del Pao, Santa Clara y El Guasey (comunidad indígena Kariña). Nombró a la Hna. María Carmen Pérez para el cargo de vicaria con las atribuciones de un párroco, con excepción de las reservadas al orden sacerdotal. Así en medio de una vida muy austera empezó a convivir la comunidad fundadora, hermanas: María Carmen Pérez, Guadalupe Martínez, María Ofir Muñoz y Delis Romero. Las acompañó en los tres primeros meses, la Hna. Marina García, delegada general,  quien orientó y asesoró todo lo relacionado con: la integración de la comunidad,  el inicio del proceso de inculturación y la evangelización. Ella podría contarnos muchas cosas que hoy se quedan en el tintero. Esta fundación ha sido una aventura que  pulió y transformó la vida de las que por allí hemos pasado.  

Al volver la mirada, los corazones se unen para proclamar “El Señor ha estado grande con nosotras y estamos alegres”. Y, ¿cómo no estarlo?… si ha sido la mano del Señor y su gracia la que ha acompañado nuestro caminar en esta porción de su Reino que nos ha encomendado. 

Cada Misionera Agustina Recoleta, a su paso por la Vicaría, ha dejado y aportado: vida entregada, evangelio esparcido, respuesta generosa, amor de Dios compartido, sacrificio gratificante…

El  28 de agosto de 2013, celebramos los 25 años de nuestra presencia  en la vicaría; vivencia-presencia en acompañamiento a la gente, haciendo vida con el pueblo, siendo testigos del evangelio.

Estuvieron presentes: 11 hermanas de la viceprovincia santa Mónica, Mons. César Ramón Ortega (Obispo de la Diócesis de Barcelona), Mons. José Manuel Romero (obispo auxiliar), 10 sacerdotes de la Diócesis, 20 seminaristas, 7 religiosos franciscanos, 5 jóvenes de la JAR (juventud agustino recoleta) entre ellos una vocacionada, un exgobernador del Estado Anzoátegui, autoridades civiles-comunales actuales y de la época de la fundación y  mucha gente de los pueblos.

Previa a la festividad se realizó una misión de animación pastoral en los distintos pueblos de la Vicaría, por parte de los seminaristas de la Diócesis, desde el 16 al 28 de agosto. Esta labor evangelizadora fue una iniciativa de Mons. César Ramón Ortega,  que resultó de gran apoyo para las hermanas y se lo hemos agradecido profundamente. De igual manera, agradecemos su colaboración  al Pbro. Eduardo Cedeño,  coordinador de la pastoral vocacional y formador de estos jóvenes aspirantes al sacerdocio. 

La celebración eucarística fue muy solemne y transcurrió durante 3 horas; el señor Obispo estaba feliz  disfrutando de la celebración, el templo estaba ambientado por los pendones pintados por la Hna. Teresa Castaño. 

La ocasión fue propicia para conmemorar los 50 años de vida religiosa de la Hna. María Lucelia Ramírez, quien hizo su renovación de votos y recibió la bendición de su Santidad Francisco. Terminada la eucaristía fuimos gratamente sorprendidos con la actuación de un mariachis y hasta el señor Obispo los acompañó en el canto. También el cantautor Kariña,  Angel Pollo, nos deleitó con sus canciones dando ritmo a un grupo de  baile de Mare Mare. Hubo entrega de reconocimientos, a las hermanas por parte de la Diócesis de Barcelona y de la gente del pueblo. Para finalizar degustamos un rico almuerzo. 

Por la tarde, en la plaza de Atapirire, hubo un acto cultural con danzas de los países de origen de las hermanas, muy bellos y bien preparados por la maestra de danza de la escuela del pueblo. Verdaderamente fue un día especial, de gratos recuerdos. Ahora nos  planteamos el responder como congregación misionera al reto de una nueva evangelización, a la que nos convoca la Iglesia.

Dios nos regaló, en esa hermosa tarde, el contemplar  no  uno, sino dos arco iris,  sobre el templo de la vicaría, como el anuncio de una nueva alianza.

Así celebramos solemnemente el día de nuestro padre san Agustín y el aniversario de la Vicaría Parroquial que lleva su nombre.

 

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Hna. Delis Romero, M.A.R