“MENDIGOS DE DIOS”

Junio 2 de 2018

 

Es maravilloso ver cómo Dios se va manifestando a través de cada tema que nos regala, para ofrecerlo a los hermanos, a quienes Él llama a una renovación de vida. Cada día me convenzo más de cómo el Señor se fija en todos, hombres y mujeres, nos busca y quiere nuestra eterna salvación. Definitivamente, quien nos creó no nos abandona a nuestra suerte sino que nos ofrece todos los medios que, si los aprovechamos, van realizando en nosotros la liberación de cuanto nos aleja de sus designios de amor.

El tema nos llevó a reflexionar en la necesidad de reconocer nuestra pobreza esencial: lo que soy y que solamente Dios y cada uno conoce; aquello de lo cual carecemos para vivir de acuerdo a las enseñanzas de Jesús. Es la condición que me permite acercarme a Dios en actitud de mendigo, llamar cotidianamente y suplicarle cuanto necesito para responderle según su voluntad.

Asistieron 21 personas entren hombres y mujeres, jóvenes y adultos. Algunos vienen asistiendo desde el año pasado, otros desde el primer retiro de este año y otros vinieron por primera vez. Todos eran muy conscientes a qué venían; el Espíritu Santo, sin lugar a dudas, los llamó y los preparó para el encuentro con Dios y los hermanos. Y no solo a ellos sino también a quienes, como instrumentos del Señor, transmitíamos su Palabra.

En la evaluación escrita, manifestaban que la mayor lección había sido el silencio, que ya lo consideran necesario para escuchar la voz de Dios. Desde el año 2017, en todas las evaluaciones, quienes participan manifiestan la necesidad de estos tiempos de silencio, reflexión y meditación, y piden se realicen con mayor frecuencia ya que se siente el hambre de Dios y el deseo de conocerlo. Me sonreí cuando escuché a un señor decir: “Díganle a todas las comunidades que abran estos espacios en sus casas”.

Lamentamos el que no haya espacios suficientes que nos permita ampliar el número de participantes. La casa es grande pero los espacios reducidos. No todo se puede ofrecer en el mismo lugar: charlas, adoración al Santísimo y a la Cruz, Lectio Divina, Eucaristía. Recordemos que por ser sábado, no podemos contar siempre con las capillas pues es el día que los novios eligen para casarse. Entonces utilizamos espacios del museo y biblioteca que no permiten más de 20 participantes. Además, no hay salón para comedor, se utilizan los corredores y es lo que menos gusta a la gente.

En este retiro apoyaron el hermano Héctor Fabio Murillo, oar, y la hermana Ana JoaquinaMariño con las charlas, motivación al silencio, Lectio Divina y Exposición del Santísimo. El padre Samir Lozano de la comunidad de los Camilos, en confesiones y la celebración de la Eucaristía. Como siempre, Alejandro Archila colabora calladamente en la acogida de participantes, recibimiento de carteras, organización de equipos, música y cuanto se vaya presentando a lo largo de la actividad. Agradecemos la presencia de la hermana Luz Elena Londoño de la comunidad del colegio, quien no solo vino a participar del retiro, sino también a darnos una mano en el recibimiento de la gente, en la lectura a la hora del almuerzo y en orientar a los participantes. La hermana Zoraida Córdoba se hace presente en la logística durante el retiro, lo mismo los empleados. Las hermanas Bertha Vega y María Isabel participaron en algunos momentos; esto es un apoyo y una motivación para todos.

Agradecemos al Espíritu Santo su asistencia, a la Virgen María su compañía, y confiamos en la oración de todas las hermanas para que este proyecto congregacional responda a la voluntad de Dios.

Cali, 2 de junio del 2018

Ana Joaquina Mariño W. MAR