En respuesta a la solicitud hecha por Monseñor Adolfo Rodríguez Herrera y de acuerdo con la superiora General Hna. Rosa López y su consejo, funda en Cuba la Comunidad de Misioneras Agustinas Recoletas (M.A.R.), el 23 de julio de 1991 en Morón, Ciego de Ávila.

La comunidad está al servicio de la Iglesia durante 30 años y realiza su misión en la Parroquia de Nuestra Señora de Candelaria, apoyando y acompañando a la gente del pueblo de Morón, siendo presencia de Consagradas. Procurando ser fieles a Cristo y a la Iglesia en Cuba, impulsando la nueva evangelización, anunciando a Jesús desde la riqueza del Carisma MAR. 

Compartimos con ustedes algunos testimonios:

 Hermana Esther Júlia Manzano Mendonza (una de las fundadoras de la comunidad en Cuba)

“El Señor ha estado grande con nosotras y estamos alegres…”

Es la alegría de saber con seguridad que Él está a nuestro lado, en toda circunstancia ha permanecido, y nosotras como dice el Evangelio de Jn 15, 1-8, estamos como el sarmiento a la vid, unidas por la oración.

Esto no lo hemos logrado solas; ha sido gracias al apoyo de la comunidad paroquial. Damos gracias a Dios y a la comunidad el haber permanecido estos 30 años.”

Algunos testimonios de jóvenes de Morón que son acompañados por las hermanas MAR.

Pedro Antonio Santiago Pérez

“Para mí la presencia de las Hermanas Misioneras Agustinas Recoletas en mi vida ha significado una experiencia de fe. Recuerdo mis inicios en el grupo juvenil que me animaba mucho al  ver el acompañamiento de ellas y la cercanía. Para mí era todo nuevo, y poco a poco me fueron enseñando caminos de salvación pues yo no conocía siquiera la vida de Jesús. Por muchos años me sentí más cerca de Él mientras me iban adentrando en ese mundo bueno del que es difícil luego desprenderse. Su carisma alegre, sincero, necesitado y disponible siempre las han caracterizado. Cada una con su don especial, su experiencia de fe única y sus innumerables anécdotas que nos relatan en los momentos de encuentro. Ellas son merecedoras del cariño de todo el que llega a conocerlas. Su férrea voluntad en permanecer en la misión en esta tierra llena de dificultades y carencias, marcada por un fuerte hurto de fe tras largos años de un sistema imperante que poco a poco ha ido borrando la obra de la iglesia es muestra del Amor de Dios por nosotros al regalarnos está comunidad de Misioneras Agustinas Recoletas, pues no cesan en guiar a muchos jóvenes que a ellas acudimos y abrir las puertas de su capilla cuando otras se nos han cerrado. Sólo puedo agradecer a Dios ese detalle de amor conmigo al darme la oportunidad de sentirme acompañado por ellas en muchas etapas de mi vida. ¡Gracias MAR!”

Ernesto Guevara Mondeja

“La comunidad de las MAR en Morón siempre ha sido un pilar para los feligreses, estando al servicio en todo momento, no han dejado caer el espíritu de servicio misionero desde el  primer  día que llegaron a esta tierra cubana y que aún cumpliendo 30 años siguen teniendo ese amor por su labor como consagradas. Cómo joven tengo que hacer mención de su gran apoyo para nuestro grupo, un consejo, un momento de oración o un compartir fraterno nunca han faltado hacia nosotros. Agradecer a su labor con unas palabras es imposible, es por ello que  trabajamos día a día para retribuir a los demás el cariño que nos ha brindado esta comunidad. *Porque el Amor es lo único que aumenta cuando se comparte*”

DEL GRUPO FRAMAR

Wilma Benitez Cabrera

“Vine a Moron a trabajar como médico especialista en Imagenología por un corto período de tres años, pero el Señor tenía sus planes para conmigo y me «sembró» aquí y aquí estoy al lado de estas queridas religiosas a las que tenemos tanto que agradecer. Siempre han sido ejemplo de abnegación y solidaridad para todo el que sufre, y para el que las necesite sin escatimar tiempo hora, ni esfuerzo.

Particularmente las he acompañado a visitar y curar enfermos con recursos e iniciativas propias y a impartir catequesis. Ellas ayudan en todo lo necesario para el bien de la parroquia por difícil que parezca.

Los miembros de FRAMAR estamos orgullosos de seguir a nuestras hermanas que con el carisma de San Agustín nos enseñan diariamente a AMAR AL PRÓJIMO COMO A NOSOTROS MISMOS.

Gracias Señor, Gracias Mons. Adolfo! ¡Gracias Madre Rosa!

“La Parroquia de Morón te lo agradece Señor y te pide las cuides las protejas y las bendigas.”