En la tarde del sábado 20 de agosto la Hna. Clarivel Cardona, superiora de mi comunidad, me comunica que de la semana del 22 al 26 de agosto fuéramos con nuestra Hna. Bertha Vega, a compartir la vida en las veredas del Convento y el Palmar, en Trinidad- Casanare; personalmente, me dio mucha alegría de volver a la misión después de mi experiencia de formación en España durante 4 meses, ¡¡el tiempo corre!! Pero para mí fue gratificante el volver a esta misión, primero, por la sencillez, alegría y cariño de las personas y familias con las cuales interactuamos y compartimos allí en estos lugares y segundo, porque es un lugar que necesita más de Dios.

En este mes en la misión pasaron varias situaciones dolorosas y complejas en las veredas nombradas: Al Sr. Rubían José Molina Salamanca de la vereda del Palmar le quitaron la vida violentamente a causa de una venganza entre familias del sector; una segunda situación fue la muerte de Nicol García, madre joven de la vereda del Convento, a causa de un accidente. Realmente fueron dos muertes, que personalmente llaman la atención pues conocíamos a estas personas, y todavía tenían mucho que hacer en esta vida.

Al siguiente día de llegar a la misión, acompañamos a la familia de don Rubian en su sepelio, y por gracia de Dios su familia, las veredas y nosotras tuvimos el regalo de tener la eucaristía por su eterno descanso, fue presidida por el P. Aleicer Vivas Díaz, O.A.R.

Creo que es importante orar mucho para que en cada corazón haya paz y plena convicción por el respeto a la vida y su defensa en todas las manifestaciones y etapas de la misma; es vital trabajar dentro de la evangelización en este aspecto del respeto por la vida y la dignidad de cada persona,  la reconciliación y el perdón; valores evangélicos, que ayudan a construir paz, más aun en estos lugares que son abandonados por el gobierno y en los cuales ya hubo pasados muy violentos, debido a la presencia de grupos armados ilegales en Colombia.

Los demás días fuimos a visitar a varias familias de las veredas del Convento y el Toro, donde compartimos y reflexionamos el evangelio; en otras familias se rezó y meditó el Santo Rosario. También tuvimos la oportunidad de compartir con algunos niños que están en catequesis de primera comunión en la sede del Colegio “Brisas del Pauto”.

El trabajo de Evangelización nos apremia en nuestra misión de Casanare; Dios nos dé la gracia de seguir acompañando, la disponibilidad para aprender y enseñar a Jesús, su misión, y seguir fortaleciendo la devoción a María, Madre de Dios y madre nuestra.

Luz Elena Londoño Garzón M.A.R.