¡Gracias, Señor, por la misión que nos regalas!
En Caracas- Venezuela, durante la semana del domingo 31 de Agosto al 7 de Septiembre del presente año, 6 jóvenes de la JAR (Juventud Agustino Recoleta) pertenecientes a la caravana Shalom ( Parroquia San Pio X- Santuario San Judas Tadeo – Agustinos Recoletos provincia Santo Tomás) fueron enviados por el Párroco Fray José Antonio Díaz al Sector de Campo Alegre, ubicado en el Ávila, conocido antiguamente como el camino de los Españoles, al Campamento Misión, requisito fundamental para pasar a la tercera etapa (Milán III) de las JAR.
Estos jóvenes, previo a su campamento, estuvieron realizando visitas y encuestas en dicho sector para conocer las realidades que viven nuestros hermanos, gracias a estos visiteos fueron arrojados los resultados de cómo era la comunidad a la que Evangelizarían, preparándolos para la acción.
Cabe destacar que no fueron fáciles los últimos días de preparación, pues, el lugar donde nos íbamos a alojar se nos fue negado faltando 2 días, familiares de los chicos fallecieron y una de las chicas estuvo hospitalizada, pero que como diría Santa Rosa de Lima “que todos se convenzan que sin el peso de la aflicción no se puede llegar a la cima de la gracia” y sin duda alguna fue allí donde vimos la gracia de Dios, pues las cosas se fueron solucionando poco a poco, ya faltando horas para el campamento nos llamaron para avisarnos que se nos iba a prestar una casa y la joven que estuvo hospitalizada gracias a Dios mejoró y pudo disfrutar de la experiencia.
El campamento se inició con una Misa de inauguración de las actividades que se iban a realizar durante la semana, las personas estaban alegres y a las expectativas, expresándonos la necesidad de que ese sector fuera evangelizado por la Iglesia Católica, pues muchos de los que antes creían se han cambiado a otras religiones o a diferentes sectas.
Listos para llevar la palabra, estaba con unos de los chicos y decidimos comenzar desde lo más lejos a lo más cerca para cubrir todo el sector, llegamos a una casa cubierta de flores y sin ningún tipo de paredes que la protegieran, al entrar, nos encontramos al dueño de la casa y sentía como mi rostro se iluminaba de alegría al ver aquel señor de 93 años alegre y agradecido con Dios por nuestra llegada, su mirada reflejaba la ternura y el amor de un padre, la alegría y el entusiasmo porque unos jóvenes querían llevarle la palabra de Dios, sin duda alguna, fue el regalo de nuestra misión, pues no fuimos nosotros los que lo evangelizamos sino que fue él quien lo hizo con toda la sabiduría que nos transmitía.
En lo particular, veía las bendiciones de Dios en cada lectura que él nos regalaba diariamente, no fue casualidad que evangelizáramos en ese sector después de tanto tiempo sin ser atendido directamente, recuerdo que el 03 de septiembre, preguntándole al Señor por qué nos colocó allí, leía el salmo 33 que decía: “dichoso el pueblo escogido por Dios” al leer esto, sentía que realmente no importaban las dificultades, lo que importaban eran las semillas que allí serían sembradas y las sonrisas que regalábamos a aquellos niños, jóvenes y adultos perseverantes. Es por esto que la semana estuvo cargada de actividades, en la mañana se les daban temas a los niños, en las tardes se acompañaban a los jóvenes con el deporte y en las noches con los adultos ninguna actividad era igual a la anterior, pues, se prepararon rosarios, oraciones, temas y misas.
Acá les dejo algunas palabras de los jóvenes, donde expresan lo que significó para ellos el Campamento Misión:
Winder López: “En el campamento fue donde me encontré con Dios, no pensaba que él me iba a dar la oportunidad de ir a un sitio a pronunciar su palabra con mucho entusiasmo y alegría, no como un hombre sabio sino con el espíritu santo, para darles herramientas a esas personas que tienen sed de él”
Jessica Fuenmayor: “Fue una experiencia donde hay un mutuo aprendizaje, que aunque sea difícil evangelizar todo se puede lograr con Dios. La misión empieza es ahora con cada detalle o expresión de fe que hacemos para fortalecer el amor que Dios les brinda a las personas que no lo conocen”
Hecyer Jiménez: “El campamento para mi significó mucho: empeño y oración, ya que sin esas 2 cosas no se hubiese dado, fue la mejor experiencia de mi vida la cual se me hace muy difícil expresar en estas líneas, pero les puedo decir que el campamento cambió mi vida y aumentó mi fe.”
María Cordovez: “El campamento misión, representó una oportunidad para reflexionar, organizar e interiorizar el mensaje que Dios me transmitía a través de mis distintos hermanos, no solo los de caravana sino todo aquel que me rodeaba; así mismo creó en mí, el deseo de buscar su palabra y transmitirla a todo aquel que lo necesite, sin duda alguna fue una experiencia enriquecedora ya que me permitió dejarme sorprender por Cristo y sus mensajes”.
Abel González: “Para mí el campamento significó una verdadera prueba del trabajo duro en cuanto al servicio que uno está dispuesto a dar al necesitado, fue una gran experiencia porque después de hacer un gran esfuerzo físico, mental y también un esfuerzo en cuanto a nuestra vida cotidiana, nos hizo crecer espiritualmente y cada uno aprendió el verdadero significado de servir. Aunque fue una semana para nosotros, para las personas fue más que una, este sector esperaba la unión fraterna y el encuentro con Cristo cerca de sus hogares y creo que lo que Dios tenía pensado para ellos se cumplió”.
No cabe duda de las bendiciones derramadas por Dios en esta semana, sólo le pido a Dios que les conceda la perseverancia, el ánimo y la alegría de continuar con esta misión que colocó en sus manos.
¡Gracias, Señor, por la misión que nos regalas!
Wenderlyng Reyes
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