Hola, somos las postulantes MAR: Eduarda Bento¸ Camila Souza¸ María Gisela Sánchez y Juana Toc.  Con mucha alegría queremos compartir nuestras experiencias con ustedes.

Iniciamos primero diciendo que Dios nos ha llamado desde donde nos encontrábamos, en nuestro caso, desde Brasil, Guatemala y México. Nosotras: Camila y Eduarda, brasileñas, cuando recibimos la noticia de que íbamos a México, nos quedamos con miedo, alegres y ansiosas por conocer el país, a nuestras hermanas y a la nueva comunidad.

Llegamos en enero y desde ahí, empezamos a inculturarnos. Ha sido un período de mucho aprendizaje y desafíos. La lengua, las comidas, las costumbres distintas de la nuestra, y por eso, ha sido un enriquecimiento cultural e intelectual.

Gisela (mexicana) y Juanita (guatemalteca), después de haber conocido un poco más la congregación en la etapa del aspirantado, Dios nos volvía a invitar a seguir caminando con Él y a continuar con nuestra formación. La noticia de haber sido aceptadas en la etapa del postulantado, el saber que cambiaríamos de comunidad y que tendríamos más hermanas postulantes, nos causó mucha alegría, entusiasmo y ánimo. Al llegar, nos sentimos acogidas por nuestra nueva comunidad y listas para iniciar una nueva aventura.

Encuentro de culturas

El día más esperado llegó, el 26 de enero de 2020, ingresamos en el postulantado. Las cuatro nos encontrábamos con el corazón inquieto y dispuesto a vivir esta nueva experiencia, a compartir nuestras culturas y a acoger la de las demás.

Pandemia, expectativas y vivencia comunitaria

Comenzamos asistiendo a clases en el INTER y en casa con las hermanas, conociendo la misión de “Las Vías” con algunas visitas culturales y haciendo amistades.

Teníamos muchas expectativas en cuanto a todo lo que las hermanas habían programado para nuestra formación, pero llegada la pandemia tuvimos que readaptarnos a una nueva modalidad de clases, de actividades de forma online.

Sin duda, la invitación ahora era la de aprovechar este tiempo para disfrutar más de los momentos de fraternidad, para conocernos más realizando actividades como: bailes, presentaciones culturales, juegos, fiesta junina, presentaciones teatrales, etc.

Ahora, nuestra misión era y es desde casa; es orar por los más necesitados y afectados por la pandemia y por las necesidades del mundo. Es un tiempo de interiorización y conocimiento personal, de conocer nuestra congregación, nuestro carisma agustino recoleto y así, adentrarnos más en este proyecto al que Dios nos ha llamado a vivir.

Agradecemos a Dios que camina con nosotras, y nos encomendamos a nuestra Madre de la Consolación, ella que escuchó y supo responder con fidelidad a la voz del Señor. También agradecemos a la congregación que nos ha acogido y a las hermanas que nos han acompañado y que nos acompañan.

Postulantes MAR