Lo primero que quiero hacer, es dar gracias al Señor porque durante todo el tiempo de mi estudio me ha ayudado mucho, especialmente he sentido su presencia durante la elaboración de mi tesina.

También agradezco a la universidad San Dámaso la formación que me ha dado: muy concreta, detallada, amplia y profunda; y a todos mis profesores y mis compañeros, especialmente a María Rosa, que me ha ayudado incondicionalmente con sus apuntes y ha corregido mis trabajos… todos ellos han sido muy comprensivos conmigo.

En particular doy gracias a mi directora Lourdes y a mi tutor José María que con tanta atención y dedicación me han orientado y ayudado a corregir.

Agradezco mucho al padre Rafael Mediavilla, oar, que también me ha acompañado y me ha ayudado a redactar y corregir.

Agradezco a mi Congregación que durante estos años ha confiado en mí, me ha dado tiempo para estudiar y formarme. A todas las hermanas de varias comunidades donde he vivido y que me han apoyado y animado…

El título de mi trabajo es “Misioneras Agustinas Recoletas en Shang Qiu (China)” y el subtítulo es “Un testimonio de vida consagrada femenina”.

En la Introducción he justificado la elección del tema de mi trabajo. Lo he elegido por mi interés en destacar la presencia e importancia de la mujer en la vida y la actividad de la Iglesia, especialmente dando a conocer la obra de nuestra Congregación y concretamente en mi país de origen: China.

He dividido el conjunto del trabajo en tres partes y una conclusión.

Quiero expresar que el primer fruto del estudio en San Dámaso, ha sido conocer mejor el fundamento de mi fe religiosa, de mi pertenencia a la Iglesia católica y a la vida consagrada.

He conocido mejor mi propia congregación, su historia y su espiritualidad. He constatado que los carismas son dones del Espíritu Santo, una gracia que se derrama siempre abundantemente sobre las personas que a lo largo de los años y de numerosas dificultades de toda índole la han acogido y hecho fructificar, ello me ha hecho crecer en el amor a mis hermanas y a mi comunidad de vida consagrada como Misionera Agustina Recoleta.

Académicamente ha sido una experiencia gratificante por la relación con mis profesores y compañeros, sin los cuales hubiera sido muy difícil, completar estos estudios. Las asignaturas que he cursado, han ampliado mi horizonte me han aportado una visión más profunda de su persona y su dimensión religiosa, y sobre todo han fortalecido mi fe.

Quiero finalizar mirando hacia el futuro con esperanza, siempre confiando en Dios que nos ha guiado a las Misioneras Agustinas Recoletas y lo seguirá haciendo. Sabemos que mientras tengamos puesta nuestra mirada en Él continuaremos siendo en la Iglesia vida consagrada fecunda.

Cuando llegué a España desde China dediqué mi primer año a aprender español. A partir del año siguiente hice dos cursos de noviciado en el ITVR, con los claretianos. En el mismo instituto continué todavía un año más estudiando temas sobre la vida consagrada. Cuando ya llevaba 6 años la superiora provincial me pidió estudiar ciencias religiosas en la universidad San Dámaso. Fueron cinco años de estudio. Al finalizar los cursos dediqué un año a mejorar mi español para poder redactar mejor mi tesina haciendo un curso de español avanzado (CI).

He dedicado 3 años a elaborar mi tesina. El primero es el que dediqué también al estudio del español. Fui destinada a Almería donde tuve que adaptarme a la nueva comunidad. Durante bastante tiempo, a pesar de mi deseo de cumplir lo que me habían pedido mis superioras de completar los estudios elaborando la tesina, me encontraba desconcertada, sin saber por dónde comenzar o como hacer, sin saber a quién recurrir o no teniendo valentía para hacerlo. En mi corazón estaba sufriendo porque quería terminar pronto y rápido mi trabajo y al mismo tiempo no tenía ni idea de cómo hacerlo.

Quería cumplir lo que me habían pedido las superioras, pero al mismo tiempo no deseaba hacerlo porque me sentía impotente. Leía las orientaciones que me entregaron sobre la metodología a hacer y a veces no sabía cómo aplicarlo y otras me decía a mí misma que nunca iba a poder hacerlo. Todo ello me llevaba a tener momentos de mucho desaliento, no tenía nada de ánimo para hacer la tesina. Más bien con desilusión, desánimo y desesperanza.  Mi paso era el de una tortuga. Cuando al final del día o de la semana miraba hacia atrás me parecía que no había avanzado nada. No sabía cómo avanzar, cómo mejorar. Cuando me ponía delante del papel para escribir me parecía todo mal escrito y mal expresado, no encontraba la luz para escribir.

Todavía hoy siento que no sé hablar bien español, ni entender, ni comprender, ni expresar, ni escribir, ni redactar. Mucho más entonces me preguntaba ¿Cómo voy a hacerlo? ¿dónde encontrar motivación y ánimo para seguir y hacerlo?

Cuando ya creía que podía escribir un cierto desarrollo me sentía confundida, bloqueada a la hora de pensar las ideas que tenía que escribir o simplemente a la hora de expresarlas; estaba bloqueada, sin luz, sin ánimo, todo estaba oscuro, veía la meta como la gran muralla China, un camino del que no veía fin.

Pero Dios nunca me ha abandonado, siempre me manda los ángeles para ayudarme. Uno y único apoyo y fuente que me ayudaba a hacer y a avanzar.

Una ayuda del Señor como la mano todopoderosa de Dios, me dio la fuerza; fue la mano del  padre Rafael siempre dispuesta y extendida para ayudarme; gracias  por su ayuda incondicionalmente, su comprensión, su paciencia, su apoyo…

Por medio de la vida en España y del estudio, he tenido  una experiencia del amor y de misericordia incondicional e infinita del Señor.

Te doy gracias al Señor, eres mi único refugio, solo Tú Señor mi roca, mi fuerza, mi luz, mi vida, mi apoyo, mi esperanza…

!Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia! (Sal 117, 1).

¿Cómo pagar a mi Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de salvación e invocaré el nombre del Señor. (Sal 115, 3-4).

Francisca Yan