De uno de nuestros profesores

 

UN PROFESOR DEL COLEGIO NTRA. SRA. DE LA CONSOLACION DE GRANADA VIVE DURANTE EL MES DE JULIO UNA EXPERIENCIA MISIONERA EN LA COMUNIDAD MAR DE GUAMOTE (ECUADOR) 

 

Alejandro Contreras, que así se llama el profesor, durante todo el curso ha venido manifestándome su deseo de hacer una experiencia misionera un poco fuerte en su vida. Una de las veces que la Hna. Josefa Ariza, superiora provincial, vino de visita al colegio,  habló con ella para manifestarle su deseo, y después de recibir su aprobación comenzamos a preparar este tiempo de voluntariado con la comunidad de Guamote.

 

Terminábamos el curso en esos días y no quisimos dejar pasar esta oportunidad sin que todo el claustro de profesores y la comunidad religiosa hicieran la celebración del envío a nuestro compañero y amigo Alejandro, quien partió para Guamote el día 25 de junio, y volverá el 25 de julio.

 

Comenzamos la celebración situando a Guamote en la geografía mundial, sobre todo para los profesores más nuevos; pero sobre todo se quiso hacer énfasis en el porqué y para qué hace 25 años las Misioneras Agustinas Recoletas fuimos a trabajar a este lugar pequeño, y casi perdido, en la cordillera de Los Andes.

Seguidamente, tomando el esquema del envío que hay en nuestro oracional se hizo la monición de entrada a partir del texto del Evangelio: “Id por todo el mundo y anunciad la Buena Noticia a toda criatura”… y con aquellas otras palabras de nuestro Fundador Mons. Francisco Javier Ochoa: “Nosotros somos misioneros de la fe, vosotros vais a ser misioneras de la caridad y todos juntos seremos apóstoles de la esperanza”…

 

Con el canto, Señor, toma mi vida nueva, antes de que la espera desgaste años en mí… se puso música a lo que debe ser una Alma Misionera.

Antes de escuchar y acoger la Palabra de Dios unos compañeros introdujeron solemnemente  la Sagrada Escritura  y una vela encendida, Luz de Cristo, para que con ella podamos también llevar la luz de la fe a todos los pueblos.

 

Después de leer los textos de Isaías 61, 1-3 y de Mateo 5, 13-16, muy apropiados para este momento, se dio un tiempo para la reflexión personal y después para poder expresar algunos sentimientos. Fue muy interesante escuchar palabras de elogio y sobre todo el saber valorar lo que realmente es el testimonio dentro del grupo de trabajo de algunas personas.

 

Pasamos a simbolizar lo que Alejandro quería que fuera este mes de voluntariado. SER SAL que sazone la vida, que comunique lo que ha visto y oído. Colocó un puñado de sal sobre el altar, queriendo con ella contagiar la fe, sembrar fraternidad y construir comunidad.

 

A continuación se hizo la oración del envío y se le impuso la Cruz Misionera. Fueron momentos llenos de emoción y de expectación que dieron paso a algunas lágrimas (incluidas las de su mujer e hija pequeña) y a un abrazo de paz y de acogida por parte de todos.

 

Se terminó la celebración en la sala de profesores del colegio compartiendo un sencillo ágape que sirvió para comentar y felicitar a nuestro misionero “armillero andino”

Al dar a conocer el principio de esta acción misionera que ha comenzado en la comunidad educativa del colegio de Granada, deseo que no sea sólo Alejandro el que realice esta acción, sino que otras muchas personas se sientan llamadas a responder al llamado misionero.

 

Hna, Genoveva Bueno G.  MAR

 

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