A finales del mes de febrero, concretamente los días 25, 26 y 27, a las 7:00 de la mañana, salía de casa con dirección a la estación de autobuses, para viajar por primera vez a un lugar ubicado en llamada Huasteca mexicana, Huejutla de Reyes, municipio del estado de Hidalgo donde fuimos invitadas por el obispado para compartir nuestro carisma a través de la estación de radio Theotokos.

A las 17:30 horas, llegué a Huejutla, en la estación de autobuses ya estaba la hermana María Luisa lista para llevarme hacia la casa obispado, pues es allí donde se encuentra la estación de radio de la diócesis. Terminando nuestra intervención, nos dirigimos hacia la comunidad de Macuxtepetla, sitio en el que se encuentra el convento de nuestras hermanas agustinas recoletas de clausura. Después de conocer a las hermanas de la comunidad en una cena sencilla, nos preparamos para rezar las completas y descansar para la convivencia del día siguiente. Sábado 26, las chicas empezaron a llegar al convento a partir de las 8:30 de la mañana; justo a las nueve de la mañana dimos inicio a la convivencia vocacional, a grandes rasgos diré que el Señor, sigue eligiendo a sus discípulas. Alegría, inquietud, silencios y entrega; con chicas de quince a veinte años que mantuvieron de principio a fin toda su atención. Receptivas y ante todo sencillas.

El tema para esta convivencia fue “La llamada de Dios a la vida y la llamada a la vida MAR”, gran sorpresa me llevé cuando en una lectura que realizaron por grupos, de una u otra manera las chicas manifestaron su inquietud por la vida misionera, preguntando cómo vivíamos en comunidad, de qué países somos, a dónde vamos, qué hacemos; la pregunta estrella de una de ellas fue ¿Cómo le dices a tus amigos que quieres ser religiosa o misionera?

Dios elige, llama, la inquietud se sigue sembrando y muchas veces no somos nosotras las que lo hacemos; el encuentro se da si caminamos, marchamos, salimos, provocamos, escuchamos y compartimos. De esta pequeña convivencia, las propias hermanas de clausura nos invitaron a visitar las comunidades aledañas a ellas, lo mismo que las chicas.

Ahora toca mantener viva esa inquietud, en este caso de tres señoritas de 18, 20 y 21 años, cada una, animadora de su comunidad en la liturgia. ¿Impedimento? No hay señal de internet y cuando hay se ve interrumpida por el mal tiempo, nos toca organizarnos y buscar formas de acercamiento con estas chicas.

Sean nuestros pasos guiados por el Señor, para encontrarnos con quienes él ya elegido.

Comunidad del Postulantado (México)